En las oficinas gubernamentales se repasaba que las exequias oficiales se cumplimentan entre el cuarto y el quinto día de comunicarse el fallecimiento de Su Santidad, en una ceremonia que se extiende durante nueve días.
De esta manera, se anticipaba que la delegación del Gobierno argentino estará encabezada por el vicepresidente Daniel Scioli, el canciller Rafael Bielsa y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri.
Las reglas del protocolo indican que es el presidente o jefe de Estado de cada Nación la que participa de las ceremonias de asunción del nuevo pontífice, lo que generalmente se produce a 60 días del fallecimiento de su antecesor en la sede vaticana.
Por lo pronto, el jefe de Estado dispuso ayer la suspensión del concierto que tenía pendiente ofrecer en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno el pianista y compositor Mariano Mores, en el marco del ciclo que se cumple todos los primeros viernes de cada mes.
Hace dos semanas, el presidente Kirchner le había remitido al Papa una carta personal muy afectuosa en la que expresaba no sólo el reconocimiento del gobierno, sino del pueblo argentino, y lo consideraba "el forjador de la paz".
Esa misiva se dio en medio del debate generado por la decisión de jefe de Estado de retirar el acuerdo a la designación del monseñor Antonio Baseotto como obispo castrense, a raíz de su polémica con el ministro de Salud, Ginés González García, a paertir de la postura del funcionario en favor de la despenalización del aborto.