Además de los jefe comunal de la Región Metropolitana Norte, participaron de la celebración la mayoría de los sacerdotes de la diócesis, diáconos y seminaristas, y diversas órdenes religiosas tanto católicas como de otros cleros, además de representantes de entidades intermedias de la zona.
Minutos antes del comienzo de la misa se proyectó un emotivo video audiovisual que reflejó distintos momentos del pontificado de Juan Pablo II, especialmente la visita del Santo Padre a la Argentina.
En su homilía, tras agradecer la presencia de los cuatro jefes comunales, Casaretto sostuvo que Juan Pablo II fue un testigo de la resurrección de Jesús, “fue un hombre que viviendo en la tierra lo hacía también en el cielo. Era un místico, contemplaba siempre a Dios, fue quien llevó al extremo eso que decía San Pablo acerca del ciudadano del cielo”.
“Su mente y su corazón –agregó Casaretto- estaban junto a Jesús resucitado y a dónde lo llevaban sus pies, él llevaba el mensaje de amor de Cristo. Fue un peregrino de amor de Dios”, señaló el obispo de la Diócesis de San Isidro, quien destacó la actitud de Juan Pablo II de expresar de modo extremo el perdón, “no sólo el personal, sino el de toda la Iglesia”.
Por último, Casaretto dijo que Karol Wojtyla fue un gran hombre “porque quiso seguir a Jesús hasta el extremo y porque fue un gran trabajador por la paz y la justicia”.
El obispo Casaretto (izq) y los intendentes de la Región durante el oficio en homenaje a Juan Pablo II