Con el cronograma electoral corriendo y la fecha límite del 19 de julio cada vez más cerca, el cierre de listas en la provincia de Buenos Aires se convirtió en una carrera contra el tiempo para La Libertad Avanza (LLA) y el PRO, en medio de una negociación marcada por las tensiones y los desacuerdos.
Aunque ambas fuerzas ya sellaron un entendimiento general —que le asegura al PRO cerca del 25% de los lugares con chances reales de ingresar—, el armado concreto en cada distrito está lejos de resolverse. Las reuniones entre los armadores de ambos espacios son diarias y a veces intensas, con múltiples interlocutores cruzando propuestas: por LLA, Sebastián Pareja, Carlos Curestis y Alejandro Carrancio, entre otros; por el PRO, figuras como Matías Ranzini, Alejandro Rabinovich y Agustín Forchieri.
"Hay arreglos en algunos municipios, pero en la mayoría todavía no hay acuerdo", reconoció un dirigente que participa de las negociaciones. El reparto de bancas para las elecciones del 7 de septiembre, que incluyen senadores, diputados provinciales, concejales y consejeros escolares, es el eje del conflicto.
Desde el PRO acusan a sus socios de LLA de cerrar filas sin repartir poder real, algo que podría derivar en listas separadas o incluso en candidaturas testimoniales. La queja más fuerte viene de intendentes con peso territorial, como Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín) y Javier Martínez (Pergamino), quienes evalúan competir con boleta corta si no hay apertura en las nóminas seccionales.
El rol de Karina Milei y los armadores libertarios
La conducción de Karina Milei sobre la estrategia nacional sigue firme. Junto a su entorno más cercano —donde se destacan Martín Menem, Guillermo Francos y Lisandro Catalán— lidera los encuentros semanales en Casa Rosada, desde donde bajan lineamientos a los armadores bonaerenses.
El Conurbano bonaerense es uno de los focos más difíciles. Allí se cruzan las decisiones del "parejismo" con las aspiraciones del sector de los jóvenes conocidos como "Las Fuerzas del Cielo", que promueven candidatos en distritos clave como San Martín, Tres de Febrero y Quilmes.
Uno de los nombres en carrera es el del relator Daniel Moyo, quien tendría el visto bueno para encabezar la lista de concejales en San Martín. En paralelo, en General Rodríguez, también hay definiciones pendientes.
Mientras tanto, el asesor presidencial Santiago Caputo tomó distancia del armado en Provincia, en desacuerdo con la estrategia libertaria. Aunque sus referentes, como Agustín Romo y Lucas Luna, siguen en carrera en algunos distritos, él optó por marginarse de la campaña bonaerense.
Fuentes cercanas a Caputo admiten que, a diferencia del modelo de armado unificado que logró Manuel Adorni en CABA, en la provincia “no hay conducción política clara”. Caputo no participa de las reuniones de la mesa chica y tampoco interviene en el diseño de listas.
Por su parte, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich también busca ubicar referentes propios en las secciones. Con peso sobre legisladores como Pomponio, Retamoso, Gómez, Compagnoni y la senadora Daniel Reich, apuesta a conservar bancas y colar nuevas figuras, como Diego Valenzuela y nuevamente Retamoso.
Desde el macrismo, admiten que la debilidad actual no les permite negociar en pie de igualdad, pero que es crucial no mostrar fragilidad pública. “Hoy estamos del lado más débil, pero lo importante es sostener nuestra estructura territorial”, resumió un operador político con años en el partido.
¿Habrá acuerdo?
Aunque el escenario es complejo, en ambos espacios aseguran que las conversaciones siguen y que no se descarta un cierre ordenado. Pero el margen es corto: hay nombres de sobra, pero lugares limitados, y las internas no ceden.

