En una triste repetición de la historia, Boca Juniors no logró romper la maldición de la "Séptima" al perder en el estadio Maracaná de Río de Janeiro ante Fluminense, marcando el tercer intento frustrado de ganar la Copa Libertadores. Esta desilusión se suma a los intentos fallidos de 2012 y 2018, dejando al equipo argentino con las manos vacías y sin poder igualar a Independiente como el club más exitoso en la historia del torneo.
Boca había estado esperando ansiosamente la oportunidad de ganar su séptima Copa Libertadores durante 16 largos años, desde su última coronación ante Gremio de Brasil en una serie final que culminó con un marcador global de 5-0. Juan Román Riquelme fue la figura destacada en ese memorable torneo, anotando tres goles, uno en el partido de ida y dos en la revancha.
Sin embargo, desde entonces, el equipo ha enfrentado una serie de desilusiones en su búsqueda de la "Séptima". En 2012, sufrieron una derrota en la final ante Corinthians, otro equipo brasileño que aún no tenía el estatus de campeón de América en ese momento.
La herida más profunda llegó en 2018 cuando Boca perdió la histórica final ante su archirrival, River Plate, en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, dejando una cicatriz imborrable en la memoria de los aficionados del "Xeneize."
Hoy, en el Maracaná y con el apoyo ferviente de más de 30,000 hinchas, Boca Juniors tenía una nueva oportunidad de redimirse, pero Fluminense se interpuso en su camino. El equipo de Jorge Almirón luchó, pero no pudo cumplir su objetivo, marcando otra ocasión en que la "Séptima" se escapó de sus manos.
La derrota es un duro golpe para Juan Román Riquelme, quien ahora desempeña un papel dirigencial en el club, y para Jorge Almirón, quien suma su segunda final perdida, habiendo caído previamente con Lanús ante Gremio en 2017. La maldición de la "Séptima" sigue pesando sobre Boca Juniors, y el anhelo de igualar a Independiente como el club más ganador de la Copa Libertadores continúa sin cumplirse.
