En la tarde de ayer, personal del municipio de Vicente López realizó una inspección de Sanatorio Mariano Pelliza donde constató una serie de irregularidades y falta de protocolos para prevenir contagios de Covid 19, por lo que resolvió su clausura preventiva y elevó lo actuado a las autoridades sanitarias de la provincia.
Según consta en el acta de inspección realizada en la clínica ubicada en la Calle Esteban Echeverria 3150 (colectora de Panamericana), en Munro, concurrieron al establecimiento personal de las direcciones de Seguridad e Higiene, Bromatología y de Política y Control Ambiental dependientes de la Secretaría de Fiscalización y Control, en conjunto con personal de la Secretaría de Salud de la municipalidad Vicente López .
Como resultado de la inspección en dicho establecimiento, se puedo verificar que “no se ha cumplido las normativas vigentes en materia de seguridad e higiene, observan dos deficiencias en las instalaciones eléctricas y gestión de residuos patogénicos, residuos líquidos y falta de control de plagas”.
Además observaron “incumplimiento de las buenas prácticas del sector o depósito de alimentos, condiciones edilicias deficientes, falseamiento de declaración jurada de las instalaciones del sistema de protección contra incendios”. También detectaron la falta de “un protocolo ante Covid 19”.
Fuentes municipales explicaron a elcomercioonline.com.ar que por todos estos motivos “se procedió a la clausura inmediata y preventiva de la clínica a fin de hacer cesar las faltas y la actividad ante el riesgo de contagio”.
En el acta labrada tras la actuación municipal, se dejó constancia que “en el establecimiento permanecen 44 pacientes internados, y se han colocado fajas en ingresos y habitáculo desocupados que no sé que no resultan esenciales para la asistencia de los pacientes internados”. Se aclara en el escrito que “se encuentran internados cinco pacientes sospechosos de Covid-19”.
PAMI rescindió el contrato con el Sanatorio Pelliza
PAMI había realizado un a una inspección al Sanatorio Pelliza el miércoles pasado y resolvió rescindirle el contrato como prestador a la firma ROPHE SA, dueña de ese nosocomio y del Centro de Salud Norte.
Esto derivó en que el organismo que comenzara a evacuar el viernes a sus pacientes.
Para ese momento, sobre el centenar de internados en el Pelliza, 41 eran de la obra social de los jubilados, de los cuales quedan todavía varios en el sanatorio.
Según le informaron fuentes del PAMI a Infobae, “tras la rescisión del contrato, las 25.000 cápitas que tenían ambas clínicas privadas serán redistribuidas entre otros prestadores”.
En sanatorio tiene un total de 118 camas, de la cuales están ocupadas 45, y todavía permanece un cuerpo en morgue.
La derivación del resto de los pacientes de otras obras sociales, como IOMA, será vehiculizada a través de la Federación de Clínicas de la Provincia de Buenos Aires (FECLIBA).
El dueño del Sanatorio Pelliza y del Centro de Salud Norte detenido
Benjamín Teitelbaum está acusado de “propagación dolosa” de una enfermedad infectocontagiosa, y permanece detenido desde hace 10 días a la espera de que la jueza Arroyo Salgado resuelva su situación procesal.
El argumento de Arroyo Salgado para la detención y allanamiento fue el posible entorpecimiento de la investigación, y obedeció a un pedido del fiscal federal Fernando Domínguez ante el “descalabro sanitario” en el funcionamiento del Centro de Salud Norte.
El fiscal les imputó el delito de “propagación dolosa de una enfermedad infectocontagiosa” previsto en el artículo 202 del Código Penal. Esta figura conlleva una pena 3 a 15 años de prisión.
Denuncias de Familiares
Familiares de pacientes que estuvieron internados en el Sanatorio Pelliza se contactaron con el Juzgado Federal Nº1 de San Isidro, para denunciar prácticas similares a las que investiga Arroyo Salgado en el Centro de Salud Norte. Varios de los empleados de esta clínica contagiados de coronavirus habían sido atendidos en el Sanatorio Pelliza.
Una fue la sobrina nieta de un jubilado que falleció por coronavirus en el Sanatorio Pelliza. Era el padre de una empleada del Centro de Salud Norte que se había contagiado en esa institución, y que también estuvo internada en ese sanatorio. Al igual que en el Centro de Salud Norte, en el Sanatorio Pelliza nunca le informaron a la cochería que fue a retirar el cuerpo, que el jubilado fallecido tenía COVID-19.
