El Concejal Pablo Peredo, quien estuvo presente en el lugar junto a su colega Augusto Briceño, expresó: “Hace 12 años que los chicos del barrio comenzaron a disfrazarse, a caminar por las veredas y pedirles a los comerciantes, y se instaló como una tradición que se repite todos los años. En la zona están las Escuela 37 y la Secundaria 2, cuyos alumnos también participan”.
En ese sentido, el edil destacó: “El centro comercial de Carlos Casares se embelleció con la renovación de las veredas y las nuevas luces en 2017; y para esta fiesta, los comerciantes que la organizan pidieron al Municipio cortar el tránsito para ordenarla y que nadie corra riesgos”.
“También viene gente de Virreyes, Villa Jardín y del barrio Farmasa; al comerciante le sirve, porque viene más gente que lo normal. Les regalan caramelos a los chicos, que se disfrazan, los cotillones de la zona venden. O sea, es una forma que encontraron ellos de reactivar las ventas. Como Concejal y vecino del barrio, los apoyamos, porque aquí vienen nuestros vecinos con sus hijos y nietos”, concluyó Peredo.
Una de las organizadoras, Marcela Oleá, contó la historia: “Cuando mi hijo tenía 4 años, vinieron unos compañeritos que habían celebrado Halloween en el jardín, y pidieron caramelos a algunos comerciantes del barrio. Así empezó todo, porque todavía no era una tradición. De a poquito fueron viniendo más chicos y la fiesta fue creciendo”.
“Hoy todos los chicos son bienvenidos, hacemos sorteos, y como soy pastelera les regalo tortas. Hoy se presenta la Escuela de Danzas de aquí enfrente, que hará una coreografía para amenizar el rato. Todos los comerciantes reparten caramelos y ponen voluntad, y los papás también. Este evento se hace el día que caiga si no llueve”, agregó.
Marcela finalizó agradeciendo al Municipio “por la presencia de Tránsito, que corta la calle para que los chicos estén seguros”.