En la investigación se había identificado a una mujer por estar sospechada de ser la encargada de llevar adelante este taller, ubicado en la planta baja de una vivienda de la calle O'Higgins.
En la planta alta había dos departamentos pequeños con un espacio para las familias residentes.
El lugar no contaba con ventilación y en varios sectores se hallaron maderas y plásticos que evidenciaban una importante falta de higiene.
En el piso, habían mantas que se utilizaban como camas improvisadas en condiciones insalubres e inhumanas.
En el operativo, se encontraron a la encargada, tres mujeres que expresaron ser inquilinas y dos empleados del taller.
Al ser todos de nacionalidad boliviana y uno de ellos sin documentación, intervino la Dirección Nacional de Migraciones, que confeccionó dos actas migratorias por irregularidades.
Asimismo, se contó con la colaboración de personal de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el Delito contra la Trata de Personas para brindarles asesoramiento y ofrecerles sumarse al Programa de Protección.