“Estamos sorprendidos por la gran convocatoria, este evento logró reunir en un mismo lugar a coleccionistas, curiosos y compradores de discos por un lado, y a un selecto grupo de expositores que trajeron su mejor material, por el otro. Incluso asistieron muchos chicos que no vivieron la etapa del vinilo en su plenitud, pero se interesaron, miraron las bateas, preguntaron y compraron discos”, señala Esteban Cavanna, director de Juventud de San Isidro.
Ecualizadores, amplificadores, bandejas tocadiscos, casetes, CD's y cientos de vinilos abren un portal al pasado. Los Beatles y Elvis captan la atención de la mayoría de los fanáticos. Pero hay material de muchos géneros musicales: pop británico de los 60 (Rolling Stones, The Kinks o The Who), Rock and roll (Roy Orbinson, Eddie Cochrane), rock sinfónico (Genesis, Yes, Camel), reggae (Bob Marley, Peter Tosh) o música tropical con Los Wawancó, entre otros.
“El evento es como una especie de máquina del tiempo que lleva al pasado. Le agradezco al municipio por acompañarnos con esta feria que promueve el amor a la música, la cultura y que une diferentes generaciones”, agrega Pablo Mastromonaco, que integra Orejas Abiertas, organizador del evento en conjunto con el Municipio.
En paralelo al curioseo, la compra-venta y el intercambio de discos y sucedáneos, hay DJs que se encargaron de musicalizar la tarde. Además, Daniel Lestard acapara la atención de los presentes al enseñar cómo limpiar y cuidar los discos. Mientras que Alejandro Rubio brinda una charla sobre Coleccionismo y Reloop Argentina, un taller de calibrado y cuidado de bandejas giradiscos.
Con un movimiento ágil de dedos, rápido y preciso, Jésica González, vecina de Beccar, revisa sin pausa más de una decena de bateas. Fanática de los Ramones, encuentra el álbum Rocket to Russia. “Le agradezco al municipio por esta iniciativa, aquí hay coleccionistas muy grosos, no puedo creer que encontré el disco que tanto quería. Ojalá que esta feria se siga haciendo”, expresa entusiasmada.
Mientras recorría el lugar, Lucío Bago que se vino desde Ramos Mejía, comenta: “Me parece muy buena la propuesta, esto es algo lúdico y la gran cantidad de gente que vino demuestra que el vinilo está más vivo que nunca. Otros municipios deberían replicar esta idea de San Isidro”.
“Es la primera vez que se hace una feria así en zona norte, casi todas son en Capital. Pude aprovechar para hacer canje de música de los 80, y encima aprendí a conservar los discos en buen estado”, concluye Javier Gutiérrez, vecino de San Isidro.