Asimismo, el actual registro de junio proyecta un valor anualizado de entre 30% y 35%. Mientras tanto, la suba de precios en los últimos doce meses acumula un 34,5%.
La inflación de junio estuvo fuertemente afectada por la suba del dólar, lo que se reflejó sobre la variación del IPC Núcleo (índice que excluye a precios regulados y estacionales), que subió 4,1% frente al 2,7% que había tenido en mayo. En tanto, el aumento en los combustibles, producto de la suba de impuestos, y del transporte, traccionaron sobre el índice de precios regulados, que subió un 2,9%.
Por otro lado, la devaluación de la moneda también repercutió en los rubros más sensibles de los hogares: transporte, alimentos y bebidas no alcohólicas, que registraron un alza de 5,2%. En lo que va del año, la Canasta Básica Alimentaria sufrió una suba de 12,5%. Los alimentos que más subieron son de mayor necesidad para las familias: la harina (+25,8%, y +155% en los últimos 26 meses) y el aceite de girasol (+11,8% y 170%, en dos años).
Durante el primer semestre, los principales aumentos se registraron en: Transporte (+22%), Alimentos y bebidas no alcohólicas (+17,3%), Educación (+20,2%) y Salud (+14,5%).
El panorama para lo que resta del año no es alentador. Se espera una segunda ronda de aumentos por el alza en el tipo de cambio y por la autorización del Gobierno Nacional a nuevos incrementos en los bienes y servicios que regula.