Pero Kim no dio ninguna señal de que Pyongyang vaya a desmantelar su arsenal, con el que puede alcanzar territorio estadounidense.
El régimen de Pyongyang decidió poner fin a las pruebas nucleares y los lanzamientos de misiles balísticos a partir de este sábado --no había realizado ninguno desde noviembre--, y cerrar las instalaciones de pruebas atómicas de Punggye-ri, en el norte del país, según la agencia de noticias norcoreana KCNA.
“Como se ha comprobado la efectividad de las armas nucleares, no necesitamos llevar a cabo más ensayos nucleares o lanzamientos de prueba de los misiles de medio o largo alcance o de los misiles balísticos intercontinentales”, declaró el joven líder en un mitin del gobernante Partido del Trabajo de Corea, informó la misma fuente.
“Las instalaciones nucleares del norte han cumplido su misión”, añadió en la reunión del comité central del partido único.
Apenas unos minutos después de que se difundiera esa información, Trump calificó en Twitter el anuncio de “muy buena noticia”. “¡Gran avance! Tengo prisa por participar en nuestra cumbre”, añadió en un tuit.
Seúl lo tildó de “avance significativo” hacia “la desnuclearización de la península coreana”.
Bajo el liderazgo de Kim, Pyongyang ha logrado rápidos avances tecnológicos en sus programas armamentísticos en los últimos años, provocando duras sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, de Estados Unidos, la Unión Europea, Corea del Sur y otros países.
El año pasado llevó a cabo su sexto ensayo nuclear, de lejos el más poderoso hasta la fecha, mientras Kim y Trump se lanzaban amenazas de guerra e insultos personales a medida que aumentaban las tensiones.
Incluso cuando hubo una pausa larga en las pruebas, los funcionarios estadounidenses dijeron que no se podía interpretar como un cese sin un comunicado explícito de Pyongyang.
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Pekín reaccionó positivamente al anuncio de su viejo aliado, diciendo que creía que la medida “ayudaría a promover el proceso de desnuclearización y a tratar de encontrar un acuerdo político” en la península.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, saludó con cautela las declaraciones, haciendo hincapié en que “lo importante es saber si esa decisión llevará al abandono completo del desarrollo nuclear y de misiles de manera comprobable e irreversible”.
Rusia por su lado consideró que se trata de una “etapa importante hacia una futura distensión en la península coreana”.
La Unión europea saludó a su vez una “etapa positiva, esperada desde hace tiempo”.
Los analistas advirtieron que el anuncio es prometedor pero limitado.
“Es un paso necesario pero insuficiente para que Corea del Norte vuelva a sus antiguos compromisos de no proliferación”, dijo Daniel Pinkston, de la Universidad de Troy.
El secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE), Lassina Zerbo, invitó el sábado a Corea del Norte a ratificar este tratado internacional, adoptado en 1996, para “consolidar el progreso” que marca este anuncio. Firmado por 183 países los estados con tecnología nuclear que no lo han ratificado son además de Corea del Norte, China, Estados Unidos, India, Pakistán, Egipto, Irán e Israel.
La declaración formal del fin de los ensayos ocurre después de que Kim reiterara el estatus nuclear de Corea del Norte en su discurso de Año Nuevo y dijera que tenía un botón nuclear en su escritorio. Trump respondió entonces en Twitter que él tenía uno más grande.
Los acontecimientos se han desarrollado con rapidez desde entonces, catalizados por los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur, y Seúl lucha ahora por un tratado de paz que acabe oficialmente con la guerra de Corea (1950-1953).
Pero hay un largo camino que recorrer y el propio Moon admitió esta semana que “el diablo está en los detalles”.
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El régimen norcoreano promovió durante años una política de “desarrollo simultáneo” del ámbito militar y de la economía, recordó Kim, en el comité central de su formación. Pero ahora que Corea del Norte es un Estado poderoso, “el partido y toda la nación deberían centrarse en el desarrollo de la economía socialista”, afirmó.
“Esa es la nueva política estratégica del partido”, declaró el joven dirigente, según KCNA.
Trump había avisado el miércoles de que no dudaría en abandonar el encuentro previsto con Kim, si éste no resulta ser “fructífero”.
Las dos Coreas abrieron por otra parte el viernes un teléfono rojo entre sus dirigentes, a una semana del encuentro entre Kim y Moon. AFP-NA