“Los hechos constituyen no sólo una ofensa al sistema educativo, sino que también afectan a los trabajadores docentes y a toda la sociedad en su conjunto, al tratarse de conductas violentas que vulneran los principios de convivencia social básicos”, indicó Zamora en los considerandos de la denuncia.
Y agregó: “Para el Municipio de Tigre la educación es uno de los pilares fundamentales para asegurar la igualdad de oportunidades y que en ese aspecto es imprescindible que se garanticen normas de convivencia que aseguren el ejercicio pleno de la labor docente, removiendo cualquier obstáculo que impida su desempeño, como así también garantizar igual clima de paz a los alumnos y comunidad educativa toda”.
“Los hechos que venimos a denunciar, van a contramano de un sistema educativo de calidad y de una sociedad que deba resolver sus conflictos en paz y por métodos democráticos”, sostuvo el intendente en el escrito.
Los hechos se desarrollaron el 10 noviembre en horas del mediodía. Rivero cumplía sus funciones dentro de la institución, cuando un alumno ingresó a la misma estando cerrada la entrada, por lo que le llamó la atención.
La madre del joven, Juana González, le reclamó su actitud a la portera y luego volvió al lugar acompañada del padre del chico, Marcelo Lobo. La increparon y agredieron físicamente, acusándola de haber maltratado a su hijo. Una maestra y un profesor intervinieron para separar durante la golpiza.