Afirmó que “lamentablemente, la tendencia en este rubro es no tomar gente extra sino contratar empresas que puedan resolver tanto tareas programadas como contingencias”.
“Es desmedido lo que significa agregar una persona por la carga impositiva que representa. Por ejemplo, en el caso de edificios de pocas unidades funcionales, más del 60 % de lo que se paga mensualmente en concepto de expensas va para el encargado entre sueldo y cargas sociales. Por eso, los edificios chicos se están arreglando sin portero”, especificó.
“Por supuesto que es un coletazo significativo para el índice de desempleo si se entiende que el administrador de grandes consorcios es como el intendente de un pueblo chico”, definió, y continuó: “Si tomamos en cuenta los 100 mil edificios de Capital Federal, estamos hablando de una población comparable a la Provincia de Córdoba y Santa Fe juntas”, comparó Catalano.
“Las tareas programadas como desinfección y limpieza de tanques pueden considerarse cargos fijos dentro de la liquidación de expensas. Pero la contratación de servicios por trabajos de albañilería, reposición de vidrios, cambio de cerraduras, reparación de ascensores y recambio de luminarias representan cargos variables no previsibles que inciden en el prorrateo mensual y dan lugar a reclamos”, explicó.