Vestido de traje negro, camisa blanca y corbata gris, Páez arrancó su concierto de la noche del sábado pasadas las 20.30; acompañado de una banda uniformada con chaqueta celeste, corbata y pantalón negro, a la usanza de los famosos parkings de Las Vegas.
El recital arrancó con "El amor después del amor", tocada un par de tonos más abajo que en su versión original, y -siguiendo el orden de los temas del disco-, continuó con "Dos días en la vida", en la que se sumaron como invitadas Fabiana Cantilo y Celeste Carballo.
"¡Buenas noches bendita Buenos Aires!", gritó el anfitrión antes de encarar "La Verònica" y "Tràfico por Katmandú", ante de hacer una sentida dedicatoria.
"Es muy emocionante tocar completo este disco, cuenta un momento de nuestras vidas y ahora vamos a disfrutar la voz de uno de los artistas más grandes del mundo: Luis Alberto Spinetta", señaló antes de hacer "Pétalo de sal", en la que se escuchó la voz grabada de "El flaco", mientras en las pantallas aparecían imágenes del fallecido rockero.
"Sasha, Sissí y el círculo de baba" continuó la secuencia, mientras el clip original asomaba en las proyecciones de fondo, tras lo cual el cantante detalló la historia de "Un vestido y un amor" a sus espectadores.
"La historia fue así, con quien fuera la musa de este álbum; en una situación dura, eran otros tiempos, estaba desdentado. Pero ella le puso onda y tras un encuentro en su casa encontré un teclado chiquito y en cuarenta minutos le compuse una canción y me permitió quedarme", explicó Páez antes de hacer su recordado hit.
El show para recrear el segundo disco más vendedor del rock nacional -el primero es "Rockas Vivas" de Miguel Mateos- siguió con "Tumbas de la gloria", "La rueda mágica" -con imágenes de Charly García y Andrés Calamaro grabadas especialmente para la ocasión-, "Creo", "Detrás del muro de los lamentos" y "La balada de Donna Helena", tema donde los cuarzos digitales mostraron el clip con la actriz Susú Pecoraro.
Con Fabi Cantilo en escena nuevamente llegó "Brillante sobre el mic" y la posterior arenga del artista para cerrar con "A rodar mi vida".
"Quiero corpiños, pulóveres, mucho revoleo, gente en acción con sus pilchas", dijo provocador, mientras las fans que tenía más cerca obedecían automáticamente la orden de Páez.
"Me voy a cambiar la ropa y ya seguimos", anunció el anfitrión, quien se retiró mientras las pantallas mostraban imágenes del disco "La La La" con el dueto junto a Spinetta de fondo.
De traje blanco, camisa negra y corbata gris, el músico volvió solo a escena y propuso desde el piano un emotivo recorrido por varios clásicos de su carrera como "Fue amor", "Cable a tierra" y "Dale alegría a mi corazón", acompañado en coros por el público.
Luego, y con sus compañeros otra vez en escena, Fito arremetió con "El diablo en tu corazón", "11 y 6" y "Circo Beat", en la que propuso un duelo de coros entre la gente con desigual respuesta. También sonaron "Naturaleza Sangre" y la arremolinada "Al lado del camino".
"Gracias por abrazarme Buenos Aires, quiero dedicarle esta canción a mi amada Jorgela (Argañaraz)", fue la introducción escogida para "Polaroid de ordinaria locura", en tributo a su amiga y jefa de prensa. Luego, el músico hizo una extensa salutación a varias urbes del mundo como prólogo de la rockera "Ciudad de pobres corazones".
Pero el momento que obró como bisagra de la noche fue el sorpresivo ingreso a escena de Charly García con una guitarra, instrumento que no tocaba desde 2008, antes de su famosa internación por adicción a las drogas.
Tocando toscamente y cantando de forma susurrada, el rockero provocó la euforia de las 25 mil personas presentes, poniendo en figurillas a los equipos de seguridad ante el desborde que la estrella provocó en segundos.
Dos horas después de iniciado el concierto, y luego de un breve descanso, Páez encaró los últimos bises con "Dar es dar", con un nuevo arreglo rapero en el final, y "Mariposa Technicolor", mientras las imágenes del clip original coronaban las pantallas de fondo.
Quince minutos antes de las 24, y mientas el público pedía más temas, el anfitrión, su actual banda y todos los invitados se acercaron al borde del escenario para saludar, tras lo cual la multitud inició una lenta desconcentración que incluyó cortes en varias calles y provocó embotellamientos de tránsito en la zona del Planetario. (Reporter)
