"Vamos a producir un informe técnico completo, a plantearle las cuestiones a las secretarías de medio ambiente de los gobiernos provincial y nacional y, en caso de no tener eco, recurriremos a la instancia judicial. Además, enviaremos un equipo de salud para atender a la gente de las villas miseria instaladas a la vera del Río", aseguró Mondino una vez terminado el recorrido.
El Río de la Reconquista nace en el Partido de General Rodríguez y recibe a lo largo de su trayecto de 50 kilómetros, el aporte de varios arroyos antes de abrirse, a la altura del partido de Tigre, en tres cauces distintos (dos naturales y uno artificial) que luego desembocan en el Rio Luján: el Tigre y el Reconquista Chico (naturales) y el Canal Aliviador (que desde 2000 desvía el curso original del Reconquista esparciendo la contaminación a áreas que todavía no habían sido afectadas).
El canal Aliviador, abierto con el triple objetivo de sanear el Reconquista, evitar las inundaciones y darle un lugar al equipo nacional de remo para entrenarse, se ha convertido en un espacio perturbador. Sobre la superficie de las densas y verdosas aguas, los residuos industriales y domésticos se agrupan en torres enormes debajo de los puentes, y conviven con el permanente burbujeo provocado por el metano, un gas en descomposición que emite un olor sulfuroso nauseabundo.
Los remeros llevan adelante sus pequeñas embarcaciones por una pista plagada de "bolsas, botellas, chatarra de autos y hasta chanchos y vísceras de animales", según contó Nahuel Arellano, un miembro del equipo.
En las orillas, invadidas por desechos que quedaron atrapados entre los juncos, algunas villas miseria y asentamientos humildes contrastan con los más exclusivos barrios privados y countries.
En total, residen en toda la cuenca del Reconquista unas 4.320.000 personas, que se ven afectadas en distinto grado por los residuos tóxicos presentes en el agua. En su recorrido, el río recibe, entre otras cosas, vertidos cloacales de viviendas, desechos de camiones atmosféricos y residuos industriales sin tratamiento.
"Estamos ante una cuestión federal, porque el Río de la Plata recibe entre el 22 y el 33 por ciento de su contaminación del Río Luján", explicó a Télam Leticia Villalba, directora ejecutiva de la Fundación Pro Tigre y Cuenca del Plata, una de las que denunció la situación ante la Defensoría.
Como ejemplo de la desidia de las empresas que trabajan en la zona, un informe realizado en conjunto por la Prefectura y la Defensoría confirmó algunas sospechas de los vecinos y de las asambleas de la zona: las fábricas aprovechan las lluvias para purgar los desechos de las plantas depuradoras sobre el río, con lo cual provoca en unos pocos días la muerte de la fauna acuática.
"Dos días después de una lluvia fuerte, cuando se supondría que el caudal debería estar más limpio, se verificó que los índices contaminantes eran altísimos", detalló Mondino a la prensa.
Por otra parte, una muestra tomada a la altura del Río Tigre confirmó que hay un mil por ciento más de nitritos que lo permitido, lo que hace imposible la vida de peces y otras especies.
Aunque la situación es crítica, las esperanzas nunca se pierden. "Todavía estamos a tiempo de evitar un nuevo Riachuelo", sentenció Mondino.

