Mientras tanto, el plantel completo encabezó una caravana a bordo de un micro de dos pisos, que salió poco antes de las 20 de la cancha de Independiente e hizo una escala en La Bombonera.
Custodiado por siete motos y tres camionetas de la Policía Federal, y seguido de cerca por decenas de coches en los que iban hinchas boqueases, el micro avanzó casi a paso de hombre hasta llegar a la cancha de la calle Brandsen.
A los jugadores los esperaban allí varios miles de hinchas, prolijamente ubicados en la segunda bandeja, detrás del arco que da a las vías.
Pero desde más temprano, cuando los jugadores todavía estaban en el estadio de Independiente, después del 2 a 0 que consagró al equipo, ya había cientos de hinchas, entre ellos gran cantidad de familias con sus hijos de la mano, en la Plaza de la República, en la avenida Corrientes y 9 de Julio.
La Policía cortó el tránsito en los alrededores del Obelisco, mientras que con el paso del tiempo se agregaban cada vez más fanáticos dispuestos a festejar con banderas y paraguas con los colores de Boca.
Hubo varios jóvenes que se subieron a las rejas que encierran al Obelisco, y otros que izaron en el mástil ubicado a unos metros una bandera azul y amarilla para hacerla flamear en lo alto.
Allí se mezclaron grandes y chicos de distintos puntos del país: vestidos de los pies a la cabeza con los colores de Boca, hubo quienes contaron frente a los cronistas que se les acercaban, que eran de diferentes localidades del Gran Buenos Aires o de lugares tan distantes como Jujuy, Chaco, Corrientes y Córdoba.
Mientras tanto, los jugadores coronados campeones estuvieron más de media hora adentro del vestuario visitante del estadio "Rojo" saltando, gritando, dedicándole algunos cantos a River, comiendo sándwiches de miga y tomando gaseosa, agua mineral y latitas de cerveza.
Después llegó la hora de salir, y en medio de un fuerte operativo de seguridad, custodiados por decenas de efectivos de la Policía con cascos y escudos, subieron al micro de dos pisos que habitualmente los traslada desde las concentraciones a los estadios y viceversa.
A poco de que terminara el partido en Avellaneda, comenzaron a escucharse por toda la zona los bocinazos de quienes salían de la cancha, mientras que el Puente Pueyrredón y la Autopista 9 de Julio Sur -celosamente custodiados por personal de la Policía- sirvieron para que la caravana buscara las calles del centro de la capital.
A medida que los festejos iban creciendo en magnitud, el presidente de Boca, Mauricio Macri, dejó traslucir su "alegría" por el nuevo campeonato, y dijo que "la Argentina" estaba "contenta con este título".
También tuvo tiempo para elogiar al técnico, Alfio Basile, quien a pesar de todo aún no arregló la continuidad en el club de la Ribera. "Tengo que felicitar al `Coco' porque batió un récord en el fútbol argentino y porque tiene un 100 por 100 de efectividad", dijo en declaraciones a la prensa.
A pesar de la euforia, cuando le preguntaron si `el Coco' firmaría un nuevo contrato con Boca, aseguró: "Nos vamos a sentar a conversar en la semana". (Télam)

