Los padres y los tres hermanos de la víctima se presentaron ayer como querellantes en la causa para, desde el rol de "particular damnificado", intervenir activamente en la investigación, que transita ahora por la etapa de determinar si además de las sospechas sobre el viudo hubo otras personas involucradas en el crimen.
El abogado José Vera, quien representa a la familia Prigent, reconoció el "buen trabajo" que vienen desarrollando el fiscal Cosme Iribarren y el juez de Garantías de San Isidro Ricardo Costa.
No obstante, consideró que en las próximas horas podrían surgir nuevos indicios sobre la participación de terceras personas en el homicidio de la maestra, de 50 años, desaparecida el 29 de diciembre pasado cuando salió de su casa de San Fernando, presuntamente para "hacer compras" en la localidad de El Talar de Pacheco.
El cuerpo sin vida apareció diez días más tarde en un descampado en las inmediaciones de la ruta 26, en el límite entre Escobar y Tigre, en un paraje muy cercano al que había indicado un llamado anónimo recibido por uno de los hermanos de la víctima.
Los investigadores llegaron a la conclusión de la presunta responsabilidad de Sfeir a partir de desbaratar, con filmaciones de cámaras de seguridad, la coartada que había esgrimido cuando declaró al poco tiempo de la desaparición.
Las filmaciones podrían aportar nuevos datos sobre las eventuales complicidades en el crimen, en tanto que el fiscal aguarda los resultados de pericias técnicas que ordenó sobre la base de entrecruzamientos telefónicos.
Sfeir fue detenido el 13 de enero último acusado por el delito "homicidio calificado por el vínculo", y según estimó el abogado Vera, en los próximos días su arresto se transformaría en prisión preventiva.
