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Andrés Calamaro, una costumbre argentina

 Andrés Calamaro, una costumbre argentina
Como cada fin de año el músico se presentó ante una multitud en el Club Ciudad y en el Luna Park con Fito Páez, Vicentico, Adrian Dárgelos, Pedro Aznar y David Lebón de invitados para completar la fiesta del rock.
Andrés Calamaro lo hizo otra vez, por cuarto año consecutivo cerró fin de año con dos conciertos para guardar en la memoria en el Club Ciudad, el sábado, y en el Luna Park, el domingo, donde repasó, ante un público que se entregó a las melodías de El Salmón, parte de su imbatible e inoxidable repertorio popular y recuperó del olvido gemas de su primera etapa solista y de Los Rodríguez.

Las dos noches tuvo inicio con Jumping Jack Flash, un clásico de los Rolling Stones, para luego seguir con El Salmón y Mi enfermedad. No faltaron Mil horas, Todavía una canción de amor y las coreadas con un sentimiento desbordante por la gente con Crímenes Perfectos y Flaca.

También llegó el rescate de joyas ocultas con La mirada del adiós del disco Buena Suerte y la melódica, que describe una postal urbana y un homenaje a Litto Nebbia por su “balsa de madera”, en Por Mirarte.

Luego el momento del set tanguero, con amantes y retractares entre los fans, una costumbre en los conciertos de Calamaro, para interpretar Los Mareados y Naranjo en Flor junto a Daniel Suárez y Germán "Cóndor" Sbarbatti.

El homenaje y el recuerdo a Mercedes Sosa y Violeta Parra al entonar con fuerza y pasión Gracias a la Vida, y el domingo el mensaje por una pronta recuperación y el cariño para Sandro al interpretar Así.

No dejó, como es habitual, su verbarragia y sentar opinión sobre cuestiones políticas al referirse al juicio que comenzó el pasado viernes a Alfredo Astiz y otros 18 represores de la última dictadura militar argentina. “Que linda noche para desearle la pena de muerte a todos los represores de la ESMA y que se haga efectiva en 48 horas. Sí, dije pena de muerte".

Ante imponente repertorio Andrés se dio el gusto de intercalar entre las canciones fragmentos de Walk Of Life (Dire Straits), Walk On The Wild Side (Lou Reed), Fiesta cervezal (Pappo's Blues), Pica mi caballo (Miguel Abuelo), Woman no Cry (Bob Marley) y Stairway To Heaven (Led Zeppelin).

Los amigos que dijeron presente en los shows fueron Fito Páez (Canal 69 y Paloma), Vicentico (Tuyo Siempre), Adrian Dárgelos (Los Aviones) y los ex Serú Girán Pedro Aznar que hizo una bella y delicada versión de Media Verónica y David Lebón que estremeció al Luna Park con Seminare.

También vio la luz una joya una oculta de la época de Camboya, “una canción perra”, sentenció para cantar El Perro que con una melodía ramonera y visceral sentencia: “Qué lastima Argentina eras un bizcochuelo, ahora sos gelatina”, coreada por la multitud.

Calamaro está acompañado por un ensamble de guitarras y una banda que funciona a la perfección, como un reloj suizo, que le permite desarrollar aún más su faceta de cantante, de improvisar con la voz y de desplegar al máximo la actitud de frontman sobre el escenario.

El final épico, de gloria y con los brazos en alto y de que otra vez volvió a ganar por nocaut con Paloma, el hit creado por el pueblo, el que se rinde a las melodías populares, stonianas y viscerales que ofrece Calamaro en cada concierto, en cada misa rockera de fin de año que convoca.

Luis Viviant
luisv@elcomercioonline.com.ar

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