Es que luego de soportar reiteradas faltas, Alejandro Domínguez decidió hacer justicia por mano propia y golpeó desde atrás a Pablo Ledesma, en su regreso a la Primera de Boca.
Tras la consecuente tarjeta amarilla que mostró el juez Diego Abal, el "Chori" se salió de sus cabales y reaccionó de manera desmedida. "Agravio, puntapié al árbitro y gestos inapropiados a tribuna", dice palabras más, palabras menos el informe del colegiado, que bien le valdría una suspensión de por lo menos tres partidos.
A partir de allí se jugó otro partido. Boca, en ventaja y con un hombre más supo controlar el balón y los espacios, aprovechó la desesperación de sus rivales y obligó a Matías Almeyda a realizar variantes en ofensiva.
Así, Boca supo replegarse con sabiduría, permitió sólo centros aislados a su área que fueron mal aprovechados o mal resueltos por su histórico rival y tuvo a su disposición el contragolpe como método efectivo para dañar.
El segundo gol llegó pasada la media hora del complemento, aunque Boca se supo ganador desde el mismo momento en que su rival perdió los estribos.