El contingente argentino es el más importante en el negocio turístico del Uruguay y, según las autoridades de ese país, mermó considerablemente el año pasado, sin que hubiera interferencia sobre los servicios de los barcos de pasajeros como puede ocurrir esta temporada.
La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguachú aprobó anoche por consenso organizar acciones sorpresivas en la terminal de la empresa Buquebús, cuya flota transporta anualmente cerca de un millón y medio de pasajeros a través del Río de la Plata.
"Se debatió bastante y se llegó a la conclusión de que la protesta sea sorpresiva, para eludir acciones que quieran neutralizarla", informó a Télam Juan Martín Rivas, uno de los participantes en la reunión.
La asamblea, en la que según Rivas participaron unas 300 personas, encomendó la organización de estas protestas al médico Adolfo Weimberg, el impulsor de la iniciativa.
"Se decidió arrojar huevos podridos para que los porteños sientan el olor que dejará la pastera en Gualeguaychú cuando entre en funcionamiento", dijo otro de los asambleístas.
Buquebús posee siete barcos que unen varias veces por día Buenos Aires con las ciudades uruguayas de Colonia y Montevideo, con conexiones de ómnibus a Punta del Este, el principal destino turístico del país vecino.
El elegante balneario uruguayo inició el año con casi 20 por ciento menos argentinos que la temporada anterior, según la Dirección de Migración del Uruguay, que analizó la ocupación de los cerca de 200 mil casas y departamentos de la ciudad.
Además, entre el 1 y el 28 de diciembre apenas pudieron pasar por Fray Bentos 247 personas, mientras que el año pasado en ese mismo período habían cruzado 27.980.
El servicio fluvial de Buquebús también es usado intensamente por el grueso caudal de uruguayos que visitan la capital argentina o pasan por ella rumbo a otros destinos en el país.
La demanda de transporte fluvial aumentó en los últimos tiempos debido a la persistencia de las protestas que mantienen cortado el tránsito en el puente Gualeguaychú-Fray Bentos, epicentro de la resistencia a la pastera, y Colón-Paysandú con menos intensidad, y amenazan el que une Concordia y Salto, por ahora habilitado.
La resistencia a la instalación de la finlandesa Botnia, que avanza en la construcción de su planta con apoyo del Banco Mundial, comenzó con un primer bloqueo del puente entre Gualeguaychú y Fray Bentos el 4 de octubre de 2003, y recrudeció con cinco jornadas de corte a lo largo de 2005.
En 2006, en cambio, en paralelo con los fracasos en que hasta ahora derivaron los intentos de negociación entre los gobiernos, el accionar de los ambientalistas se intensificó y acumuló 102 días de tránsito cortado, sólo en Gualeguaychú-Fray Bentos.
El último período de bloqueo comenzó el 20 de noviembre y no fue interrumpido ni siquiera para las fiestas de Fin de Año.
Los vecinos están instalados sobre la ruta ruta 136 que conduce al puente binacional San Martín, a la altura de Arroyo Verde, donde sesiona la asamblea.
Allí, anoche, los asambleístas también decidieron, a propuesta de Alfredo de Angelis, enviar grupos a las ciudades entrerrianas cabeceras de los otros dos puentes con Uruguay, en busca de mayor adhesión a esta campaña.
"Se buscará fortalecer los cortes de ruta de las ciudades de Colón y Concordia" en las fechas de recambios turísticos con la participación de vecinos de Gualeguaychú.
Otro de los puntos aprobados fue la propuesta de invitar a las "asambleas populares del país y países vecinos para que participen con sus delegados de la asamblea" en Arroyo Verde. (Télam)
