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Si tu arroz con leche queda duro o pastoso, estás cometiendo este fallo al principio de la cocción

arroz con leche
Cocinar el arroz directamente en leche puede afectar la textura del postre. Descubrí cómo evitar que tu arroz con leche quede duro, seco o apelmazado.

Un buen arroz con leche tiene esa textura cremosa, suave y ligeramente espesa que lo hace irresistible. Sin embargo, muchas veces el resultado no es el esperado: queda duro, seco o demasiado apelmazado. La razón puede estar en un detalle clave del inicio de la preparación. Para lograr el equilibrio justo de cremosidad y sabor, usar productos de calidad como los de Alicante puede marcar la diferencia. Un ejemplo claro lo encontramos en el sitio: https://alicante.com.ar/receta/195-receta-arroz-con-leche-sin-tacc/.


El error más común: cocinar el arroz directamente en la leche


Uno de los fallos más frecuentes al hacer arroz con leche es poner el arroz crudo directamente en la leche. Aunque parece práctico, esto puede dificultar la cocción uniforme del grano y alterar la textura final. La leche tiende a evaporarse o a formar una nata en la superficie mientras el arroz todavía está crudo.


Lo ideal es comenzar la cocción del arroz en agua. Esto permite que los granos se ablanden de manera pareja sin interferencias. Una vez que el arroz está casi a punto, se escurre el exceso de agua y recién entonces se incorpora la leche caliente para darle la cremosidad deseada.


La importancia de elegir el arroz correcto


No cualquier arroz sirve para esta preparación. Los más recomendables son los de grano corto o tipo doble carolina, ya que liberan almidón durante la cocción y ayudan a lograr esa textura espesa tan buscada. Evitá los arroces largos tipo parboil, ya que no absorben bien los líquidos y tienden a quedar duros.


Un buen tip es lavar el arroz antes de cocinarlo para eliminar el exceso de almidón superficial, que puede volverlo gomoso. Así, se evita que la preparación final resulte demasiado pegajosa.


El momento de sumar los sabores


La leche caliente puede perfumarse con cáscara de limón o naranja, una ramita de canela, clavo de olor o incluso una vaina de vainilla. Estos ingredientes deben agregarse desde el momento en que se incorpora la leche, para que infundan todo su sabor lentamente.


Condimentos dulces como la canela Alicante o la nuez moscada pueden sumarse al final, justo antes de servir, para darle un extra de aroma.


Cocción lenta y sin apuro


El arroz con leche necesita tiempo. Una vez que incorporaste la leche, cociná a fuego bajo, revolviendo con frecuencia para evitar que se pegue. Cuanto más lento el proceso, mejor se integra todo y más cremoso resulta el postre.


No hay que apurarlo ni subir el fuego para "acelerar" la cocción, ya que eso puede hacer que la leche se corte o que el arroz se cocine de forma desigual.


Dulzura al final


El azúcar conviene agregarlo una vez que el arroz ya está cocido. Si se incorpora desde el inicio, puede endurecer los granos e interferir en la cocción. Una buena cucharada de dulce de leche o leche condensada también puede sumarse al final para una versión más acaramelada.


Servir y conservar


Una vez listo, el arroz con leche puede servirse caliente, tibio o frío. Si lo vas a guardar, conviene cubrirlo con film en contacto directo para evitar que se forme una capa dura en la superficie. Al momento de recalentar, agregá un chorrito de leche para devolverle su textura cremosa.


Con estos simples consejos y prestando atención desde el primer paso, vas a lograr un arroz con leche mucho más sabroso y equilibrado. Y si además sumás ingredientes de calidad como los de Alicante, ese postre casero de toda la vida se transforma en una verdadera delicia para compartir.


 

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