La multinacional Kimberly-Clark cerró su planta en Pilar y despidió a 220 trabajadores, generando un fuerte conflicto sindical. La decisión fue tomada de manera sorpresiva y sin previo aviso, cuando los empleados habían sido informados de que el sábado no debían presentarse por tareas de mantenimiento. Sin embargo, ese mismo día comenzaron a llegar los telegramas de despido, dejándolos sin trabajo de un momento a otro.
La planta, ubicada en el Parque Industrial de Pilar, producía toallitas húmedas y protectores diarios. Kimberly-Clark, empresa estadounidense que comercializa marcas como Huggies, Scott, Kleenex y Plenitud, anunció que centralizará su producción nacional en la provincia de San Luis, donde invertirá 15 millones de dólares.
Los trabajadores denuncian que se trató de una maniobra de engaño: al regresar el domingo, día en que supuestamente se retomaban las actividades, no se les permitió el ingreso a la planta, donde aún quedaron pertenencias personales que tampoco les fueron entregadas. Además, las indemnizaciones depositadas fueron, según denuncian, calculadas por debajo de los salarios normales y habituales.
Según relataron delegados del sector, ese mismo sábado, autoridades de la empresa convocaron a una reunión al secretario regional del gremio de papeleros, Diego Lijo, para comunicarle que a partir de junio la planta dejaría de funcionar definitivamente. El sindicato realizó una denuncia ante el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires y pidió una audiencia para este lunes, a la que la empresa no se presentó ni brindó explicaciones.
En respuesta, y tras varias asambleas, el gremio inició un acampe en la puerta de la fábrica, exigiendo la reapertura de la planta y la reincorporación de los despedidos. A la protesta se sumaron trabajadores de otras empresas de la zona que se acercaron en muestra de solidaridad.
"Este tipo de precedentes genera un clima de incertidumbre. Los despidos pueden generalizarse si no nos unimos para enfrentar estos avances patronales", expresó un delegado de la papelera Klabin, que también participó del reclamo.