Desregulación del transporte marítimo y alarma en el sector. Tras la publicación en el Boletín Oficial del decreto 340/25, que instaura un Régimen de Excepción de la Marina Mercante para “flexibilizar y modernizar” la normativa de navegación en aguas argentinas, la diputada nacional Marcela Passo (Unión por la Patria) advirtió: “Este decreto es una paradoja dado que en vez de mejorar la competitividad y los costos de los barcos que operan bajo registro de la bandera nacional, crean un régimen de excepción bajo bandera de otro país”.
La norma modifica la ley de Navegación 20.094, la ley 27.419 de Desarrollo de la Marina Mercante e Integración Fluvio-Regional, la ley de Régimen Laboral 25.877 y otros decretos. Entre los cambios más relevantes figuran la habilitación de buques extranjeros con matrícula argentina, la posibilidad de que los operadores locales adopten banderas de conveniencia, la flexibilización de tripulaciones, la extensión del cabotaje para buques internacionales y la reducción de requisitos para reparar e inscribir navíos.
“La medida representa una profunda paradoja ya que, para supuestamente ‘salvar’ la marina mercante nacional, se recurre a un esquema que va a impactar de forma negativa y va a desplazar aún más a los buques y tripulaciones argentinas en el corto y mediano plazo”, sostuvo Passo, integrante de la Comisión de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios.
El decreto, impulsado por el Gobierno de Javier Milei, genera creciente preocupación en el ámbito marítimo y fluvial. Referentes del sector señalan que no fueron consultados sobre los cambios. Passo remarcó: “El decreto dice que busca ‘revitalizar’ la marina mercante nacional y ‘bajar el costo argentino’, pero habilita explícitamente a buques de bandera extranjera a operar en cabotaje con matrícula nacional (aunque regidos por las normas de su registro de origen) vía el régimen de excepción”.
La legisladora alertó que el esquema “transitorio y cuasi experimental” tendrá tres años de vigencia prorrogables: “Sólo va a traer desempleo y desinversión de los empresarios nacionales y un claro perjuicio a los trabajadores argentinos”.
Finalmente, Passo subrayó: “Siempre será conveniente mejorar la competitividad de los barcos bajo registro nacional, y no armar regímenes de excepción que perjudican a empresarios y trabajadores argentinos. Argentina debe volver a tener vocación marítima y fluvial, con fuerte anclaje en la soberanía nacional”. Reafirmó la necesidad de una actividad próspera donde la navegación la realicen buques de bandera argentina, con tripulación argentina y en astilleros argentinos.
