En una urna anexada al atrio del templo quedaron colocada las Reliquias de Santa María Ludovica y San Luis Orione. Las mismas fueron bendecidas por el Obispo de San Isidro, Monseñor Oscar Ojea, quien expresó: “Da mucha alegría ver cómo quedó después de toda la puesta en valor este templo. Es un orgullo para San Fernando y para la Diócesis también. Tiene un atrio impresionante, han trabajado todos muchísimo con gran colaboración de los fieles”.
“Estoy muy feliz de haber participado de esta ceremonia –exclamó-. Es un monumento histórico, es una acción que realmente vale la pena. Y poder inaugurarlo con tantos sacerdotes y vecinos de la comunidad de San Fernando es una alegría”.
Durante la ceremonia se descubrió una placa otorgada por el Municipio de San Fernando, destacando la histórica renovación de la parroquia y el templo. Jorge Luis Lagazio, Párroco de la Iglesia, señaló: “La historia la hacemos entre todos con pequeñas acciones. Esta gran obra que fue la puesta en valor de Aránzazu se la dedicamos a Dios. Ojalá que sea un lugar de cobijamiento, un lugar para amar, hacer el bien y estar en familia. Tenemos reliquias de Luis Orione, oriundo de la zona, y de la beata Ludovica, Santa de la Misericordia”.
“Hicimos la restauración de todo lo externo, que se inauguró en septiembre de 2017. Hoy tocó la inauguración, dedicación y bendición del altar, las columnas y el templo. Todo ha quedado puesto en valor, y seguimos adelante”, celebró.
El Arquitecto Pablo Terzaghi, a cargo de las obras, comentó: “Este templo no tenía altar constituido, por eso se construyó uno nuevo que fue bendecido e inaugurado. Tiene reliquias de Don Orione y Ludovica. Es muy importante, es un hecho histórico y la comunidad de Aránzazu tiene que estar orgullosa”.