El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, confirmó hoy que la revancha de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca quedó "postergada", aunque remarcó que el partido "se va a jugar en igualdad de condiciones".
La decisión, entonces, fue tomada luego del pedido oficial de Boca para no jugar el encuentro, porque varios de sus jugadores, principalmente el capitán Pablo Pérez, quedó lesionado en el ojo izquierdo y con el 40 por ciento de la visibilidad.
Domínguez convocó a los presidentes Rodolfo D'Onofrio (River) y Daniel Angelici (Boca) a la sede de Conmebol en Asunción del Paraguay para acordar cuándo se dará continuidad a la serie, que se había iniciado hace quince días con un empate 2-2 en La Bombonera.
"Tenemos un pedido anterior del Gobierno nacional de Argentina respecto de no jugar en la semana del G20", aclaró, sin dar demasiado detalle sobre cuándo se haría la reprogramación.