Grandes y chicos rieron con las historias que recorrieron los integrantes del grupo, Ernesto Sánchez y Pablo Herrero, a través del humor, objetos, curiosas imágenes y el absurdo.
“La función salió divina, a sala llena, así que más no puedo pedir. Siempre tratamos de que todos la pasen bien porque es una propuesta pensada para niños pero con muchos guiños a sus padres”, afirmó Herrero, ni bien terminada la función.
A su lado, Sánchez agregó: “Hace 24 años que nos dedicamos a transformar el teatro en un espacio de juego. Invitamos a abrir la imaginación a toda la familia y eso, su vez, abre ventanas y puertas para que todos participen sin importar la edad”.
Con su hija Candelaria alzada de brazos, Cecilia Lugano, de La Lucila, comentó: “Nos prendemos en todas las iniciativas que hace San Isidro porque son bárbaras y gratuitas”. Candelaria acotó que los cuentos y chistes la hicieron “reírse mucho”.
“Me gusta venir a San Isidro porque todo lo hacen excelente. Lo mejor fue ver reír a tantos chiquitos juntos”, resaltó Dalina Franco, de San Martín.
“Gratis hoy se encuentran muy pocas cosas y de este nivel ni te digo, así que feliz”, concluyó Carlos Rodríguez, de Boulogne.