Si bien la pista de examen de conducir, ubicada dentro del Hipódromo local en Av. Márquez y Av. Santa Fe, contiene las mismas pruebas que recrean situaciones similares a las que el conductor puede vivir en la calle, se modificó la manera de evaluar el desempeño de cada aspirante al registro.
“Hemos realizado una capacitación a los inspectores encargados de tomar la prueba, generando un protocolo de actuación en pista de examen. No sólo buscamos generar conciencia sino también garantizar un buen nivel de conductores para que los accidentes sean cada vez menos”, comentó Yesica Porcelli, directora de Tránsito de San Isidro, quien contó que el examen práctico es la única herramienta que tiene el Estado para conocer el nivel de manejo de los ciudadanos.
La nueva modalidad contempla faltas leves y reprobatorias. Las primeras son las que no llevan a la desaprobación, a menos que se acumulen más de tres. Desconocer alguna señal de tránsito, estacionar en más de tres maniobras o no dejar el vehículo a la distancia correcta del cordón, son algunos ejemplos de este tipo de faltas.
Por otro lado, el aspirante deberá presentarse nuevamente a rendir, si realiza una falta reprobatoria como puede ser: no tener buena coordinación entre embrague y freno, tocar las vallas al estacionar o los conos al realizar zigzag.
“Ahora el examen es más personal. Los inspectores acompañan todo el circuito a los conductores, con una planilla donde tienen especificadas las distintas faltas. Al finalizar, se le informa al aspirante su desempeño y en qué debe prestar más atención, haya aprobado o no”, subrayó Porcelli.
Si bien la modificación es reciente, los índices ya son contundentes. El último mes completo de que el Municipio tiene estadísticas con el sistema anterior es marzo, cuando desaprobaron al 1,2 por ciento (11 de 900 aspirantes). En cambio, el primer día con la nueva modalidad el número se elevó al 14 por ciento (7 de 50).