"La muerte de Débora se produjo por una perforación instrumental del esófago, no se han detectado patologías preexistentes, y las lesiones del estómago son consecuencia de las maniobras instrumentales y de la reanimación cardíaca", leyó del informe pericial el abogado de la familia, Diego Pirota.
Además, el letrado informó que en la autopsia también se indicó que "las maniobras de reanimación básicas fueron adecuadas y que de adoptarse otras no hubieran modificado el resultado muerte".
Pirota sostuvo durante la conferencia que los resultados fueron "contundentes" y "abrumadores", y que la muerte de la periodista, según lo definieron los peritos "se trata de una muerte violenta".
"No murió por un paro cardiorespiratorio, sino por los dos profesionales que intervinieron en el cuerpo de Débora", indicó el letrado.
El día del fallecimiento de Pérez Volpin, la clínica emitió un primer comunicado en el que informó que la muerte se produjo por un parocardiorespiratorio y luego, otro, en el que hizo mención a un cuadro complejo abdominal y una hepatitis grave.