“Es más que destacable el trabajo que llevó a cabo todo el equipo del Nido durante el año pasado. Centros de estimulación temprana hay muchos pero nuestra forma de trabajar es única. El abordaje es interdisciplinario e intervienen 25 terapeutas que en algunos casos trabajan en conjunto”, expresó la directora María José Fattore.
El Nido tiene una sala para la atención de los más pequeños, estimulación temprana y sensorial, un sector para patologías motoras, uno para integración sensorial, musicoterapia, taller de juegos y/o tareas grupales, consultorios para la atención personalizada en fonoaudiología, psicología, un aula para capacitación y docencia.
“Lo más lindo es ver cómo mejoran y evolucionan no sólo los chicos sino también cada una de las familias”, comentó Fattore.
Y adelantó: “Nuestra idea para este año es realizar un seguimiento paulatino de los niños que se encuentran en lista de espera. Además, seguiremos con las capacitaciones en diferentes instituciones del país y del exterior para que nuestro centro de pueda replicar”.
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