Muiño es un misionero consagrado que hace más de 30 años llegó a la Prelatura con su familia para entregarse a la misión y la catequesis en los lugares más alejados y postergados del norte de Córdoba.
Junto con su esposa Nora, quien murió hace algunos años, sus hijos Marcos (sacerdote jesuita), Laura, Clara y Cecilia, y sus nietos Francisco y Vera, Muiño dio un nuevo paso en su historia vocacional y misionera.
Con la ordenación sacerdotal, el padre Muiño dedicará su ministerio a la administración de la parroquia local y más de diez comunidades de alrededores; además de las tareas que ya desempeña como Ecónomo de la Prelatura, encargado de las Misiones y de la Escuela para Diáconos Permanentes y formador de los misioneros ad gentes de la región Centro.
La celebración eucarística estuvo presidida por monseñor Zurbriggen y fue concelebrada por el obispo prelado emérito de Deán Funes, monseñor Aurelio Kuhn, sacerdotes de la Prelatura, de diócesis vecinas y varios jesuitas radicados en Córdoba, además participaron fieles de las comunidades rurales.