Hace un año el tribunal había ratificado las penas contra otros tres de los secuestradores: Federico Esteban Maidana, Gonzalo Hernán Alvarez y Gabriel Raúl Figueroa.
Matías Berardi, de 16 años, fue secuestrado el 28 de septiembre de 2010 cuando volvía de un baile de estudiantes en la Capital Federal a su casa en Ingeniero Maschwitz.
Sus captores lo interceptaron cuando bajó de una combi en una estación de servicio de las rutas 26 y Panamericana.
La banda trasladó al chico a un taller de un herrero uruguayo, Richard Fabián Souto, donde su esposa y otros familiares lo retuvieron junto con el grupo que lo capturó, y pidió un rescate de 30.000 pesos.
Pero mientras estaba cautivo, y en un descuido de las mujeres que lo custodiaban, Berardi escapó, ganó la calle y corrió por más de una cuadra pidiendo ayuda.
Los captores lo persiguieron gritando falsamente que era un ladrón y entonces la gente del barrio se mantuvo ajena al episodio.
Finalmente los verdaderos delincuentes lo alcanzaron, lo recapturaron y un día más tarde, y sin esperar a cobrar el rescate, lo llevaron a la ciudad bonaerense de Campana y lo asesinaron de un balazo en un descampado.
El Tribunal Oral Federal 3 de San Martín determinó que los delincuentes eligieron a Matías por su aspecto de “cheto”.
En el juicio también una testigo dijo que la banda pensaba cometer otro delito, pero como se frustró ese plan decidieron perpetrar el secuestro. Además de dictar las perpetuas, los jueces también aplicaron condenas de entre 7 y 24 años de cárcel para otros de los imputados.