Además, en un escrito que será evaluado por el fiscal general de San Isidro, pidió que se perite la pava eléctrica con la cual la Justicia determinó que la joven arrojó agua hirviendo a su novio, quien falleció en mayo tras permanecer más de veinte días internado.
La semana pasada el fiscal de la causa, Petersen Victorica, consideró que estaba agotada la investigación, y denegó una serie de medidas de prueba pedidas por la defensa, como lo son la reconstrucción del caso, la pericia sobre la pava eléctrica y una ampliación de un diagnóstico psiquiátrico de la joven.
Por medio de su abogado, Mariano Trevisi, pidió la reconstrucción del hecho que tuvo lugar el 15 de abril pasado en la vivienda que ambos compartían, ubicada en la esquina de las calles Almonacid y Oliden, de la localidad de Manuel Alberti.
Según la versión de la joven, todo fue producto de un accidente cuando ambos discutían, y aseguró que él la había golpeado en ocasiones anteriores a raíz de diferentes discusiones.
Sobre la pava, el abogado pidió que se determine a qué punto hierve el agua, cuanto contenido puede guardar la misma, y cuál es la temperatura máxima que alcanza.
Además, pidió una ampliación de la pericia psiquiátrica de la joven, al considerar que los peritos que la analizaron no tuvieron en cuenta los dichos que vertió en las distintas indagatorias.
"Es oportuno señalar que la demostración de la inocencia de la persona perseguida penalmente, o la posibilidad de demostrar una menor gravedad del injusto que le viene siendo reprochado, se tornan utópicas e ilusorias cuando en forma irrazonable se le imponen al encartado ciertos límites que le dificultan o directamente le impiden aportar probanzas que permitirían mejorar su situación procesal, cercenando arbitrariamente su derecho a producir pruebas que hacen a su defensa", criticó Trevisi.
