El dato llamó la atención: precisamente el momento de la muerte es clave a la hora de poder culpar a Lucila por el crimen de Solange.
La computadora se apagó
Cuando el fiscal iba por la primera parte de su alegato, al secretario del tribunal se le apagó la computadora. De mala gana se paró a buscar un cuaderno y una lapicera para tomar nota a mano de las palabras del fiscal Guevara que, sin embargo, hacía uso de lenguaje grandilocuente a un ritmo bastante acelerado.
"Por favor, pare un poco la velocidad que si no este hombre no va a poder anotar", le dijo el presidente del tribunal al fiscal.
Luego de un receso, cuando a la querella le tocaba el turno de hablar, el juez primero corrió el mismo las cortinas de las ventanas de la sala porque daba el sol y luego se permitió una chanza con el representante del Ministerio Público.
Le dijo que su superior, el jefe de los fiscales Julio Novo, había dicho que tenía que hacer el alegato de nuevo porque no había quedado registro de sus dichos.
Zurda
"No hay dudas que las heridas cortantes fueron hechas de derecha a izquierda. Y por lo tanto que el autor del homicidio usó su siniestra", dijo el fiscal Guevara en su alocución.
Un rato después, la defensa intentó descalificar los indicios contra Lucila solo por ser zurda, y afirmó: "Si fuera por eso, como he podido apreciar cuando tomaba nota, la madre de la víctima también es zurda".
Peritos que desatan pasiones
Como en el juicio la mayor incógnita está en develar la hora de la muerte, tanto la Fiscalía como la defensa se plantaron en las versiones dadas por diferentes peritos que sostenían sus hipótesis. Fue así como para la querella y la Fiscalía fue "palabra santa" lo que dijeron el médico Eugenio Aranda y el legista Luis Kvitko, mientras que la defensa se basó en los dichos del médico de la Policía Bonaerense Julio César Julián, que había cuestionado la labor de la Fiscalía.
Al respecto, el fiscal Alejandro Guevara trató a Julián de "soberbio, ineficiente, obstinado y parcial".
Carrascosa también en el juicio de Lucila
Como si fuera poco que el segundo juicio por el crimen de María Marta García Belsunce comparta los diarios con el proceso oral contra Lucila Frend, el fiscal Alejandro Guevara usó el fallo de Casación contra Carlos Carrascosa para citar jurisprudencia que permita dictar condenas a través de indicios.
Sin embargo, llamó la atención que, en su momento, el tribunal que juzgó a Carrascosa no lo consideró responsable del homicidio sino que fue un tribunal de alzada el que revocó la condena dictada en su momento por encubrimiento y cambió la acusación.
El que lo escuchaba desde el estrado era el juez Hernán San Martín, uno de los que intervinieron en 2007 en el juicio a Carrascosa y se pronunció por considerarlo simplemente encubridor.
Un juez muy ordenado
Pasado el mediodía, los rayos del sol entraban en la sala de audiencias del Tribunal Oral 2 y el juez Zapata frenó la audiencia para correr las cortinas de la ventana por su cuenta, ya que le molestaba la luz.
Muy prolijo y ordenado, el camarista no llamó a ninguna secretaria o empleada y acomodó una a una las cortinas, cuidando que una no tape la salida del aparato del aire acondicionado.
Periodistas hasta en el piso
La sala de audiencias es pequeña y todos los familiares de la víctima y de la acusada pugnaban por entrar y lograr ocupar un lugar de privilegio para escuchar los alegatos.
Lo mismo ocurrió con los periodistas, pero como las sillas no alcanzaron, una cronista se vio obligada a tomar notas sentada en el piso en diversas posturas, para lo cual le sirvió su avanzada práctica de yoga.
