Tras haber sido la “inventora” de los servicios diferenciales , la empresa se hizo famosa en los 70 con la novela “Un mundo de veinte asientos”, donde el actor principal, Claudio Levrino interpetraba a un colectivero de la “60”.
Estructurada como una “sociedad de componentes” (cada vehículo pertenece a un accionista-propietario que se queda con la recaudación pagando un cargo a la administración), la 60 entró en crisis hace 5 años y tuvo que pedir la convocatoria de acreedores.
Con un pasivo concursal del orden de los $ 250 millones , la mayoría de los 250 propietarios-componentes salieron a vender sus acciones entre mediados de 2010 y enero de este año.
Tras numerosas cesiones de acciones minoritarias, alrededor del 88% de la empresa —que transporta cerca de 280.000 pasajeros por día— quedó ahora en manos de tres nuevos dueños: El grupo NUDO que explota actualmente las líneas 5, 50, 99, 106 y 107. Este consorcio está integrado por dos pesos pesados del sector: el grupo DOTA —que tiene más 1.700 vehículos y opera, entre otras, las líneas 5,8,23,44,76,91,101 y 188— y Nuevos Rumbos, la empresa concesionaria de las líneas 26 y 132.
La compañía Rosario Bus, del empresario santafesino Agustín Bermúdez que opera 16 recorridos urbanos en el Gran Rosario y las líneas 41 de la Capital Federal y 203 del Conurbano.
La firma Micro Omnibus Tigre, que explota varios ramales comunales en la zona norte (204, 228, 505, 506, 512, 513 y 720, entre otros).
Si bien renovaron 100 de los 350 colectivos que tiene el parque de la empresa, entre los nuevos dueños ya se habrían planteado fuertes diferencias que se estarían dirimiendo en los tribunales.

