Podría pensarse que la juvenil clientela que se acerca a este tipo de encuentros lamentó las ausencias de La Bersuit y Catupecu Machu y que las extensísimas jornadas de unas doce horas (de 14 a 2 de la madrugada, aproximadamente) no pudieron competir contra el atractivo de la playa y, mucho menos aún, cuando los problemas de sonido arreciaron en los escenarios alternativos.
El volumen, la prolijidad y la calidad fueron ítems desparejos a lo largo de todo el programa y de todos los ámbitos del predio del autocine, aunque hay que aclarar que en el caso del escenario número 2 esos problemas fueron motivados por la ausencia de las respectivas e imprescindibles pruebas de sonido.
Con todo, ese lugar fue sede de uno de los aciertos de la grilla ya que allí se concentraron propuestas con una determinada línea estética y, en ese plan sobresalió la jornada dedicada al punk (con Cadena Perpetua, Los Violadores y 2 Minutos), la del heavy metal (con Horcas y Logos) y la de ayer que tuvo la música jamaiquina como protagonista y a Dancing Mood, Nonpalidece, Riddim y Resistencia Sububana como traductores de esa sonoridad.
El tercer escenario apuntó a constituirse en una especie de vidriera en la que se mostraron bandas como La senda del kaos, Broken Bones, Pic-nic, En Ojotas, Mendigo, La Catramina de Ambrosio, y Alcohol Etílico y hasta las propuestas locales expresadas por Made in Gesell, Volador G y Ojas. En el espacio principal dedicado a los grandes, los laureles se los llevaron Vicentico, los uruguayos de La Vela Puerca, Almafuerte y Babasónicos, Miranda! y Arbol, estos tres últimos, protagonistas de la penúltima, glamorosa y mejor fecha de todo el Gesell Rock.
La columna del debe, esta vez, fue acaparada por Charly García con su tardío, desprolijo y breve set que hizo olvidar la brillante actuación del año pasado y que marcó un verano olvidable para quien no estará presente en el Cosquín Rock que se inicia
esta semana.
La jornada de ayer también tuvo sabor a poco por culpa de los baches sonoros que, sobre todo, perjudicaron a Las Pelotas y que apenas permitieron disfrutar de temas como "Muchos mitos", "Esperando el milagro" y "Será".
Mucho antes de ese set de medianoche y ante una concurrencia suburbana que hizo extremar los controles de seguridad que en el resto del festival lucieron menos uisquillosos que en el primer encuentro realizado al filo de la tragedia de Cromañón, Los Gardelitos hizo vibrar a los espectadores.
Bajo la provocadora batuta de su cantante Eli Suárez, la banda encantó a sus seguidores a partir de un repertorio que incluyó "Los Querandíes" y "Gardeleando".
"Aguante el Pato Fontanet. Que no nos crucifiquen por cosas que no tenemos la culpa. Lo que mató a los pibes no fue la bengala, fue el techo", se animó a decir Suárez en un tramo de su set.
Anoche, dentro de un menú que también incluyó a El Bordo y a La Covacha, hubo lugar para el discreto recital de orientación "stone", a cargo de los carismáticos Jóvenes Pordioseros que en su repertorio incluyeron una versión de "Vicio", de Ratones
por Romina Grosso, enviada especial Telam
