En ese marco, pidió que “el nuevo camino que comienza la Iglesia sea fructuoso para la evangelización” e invitó a la grey católica a “que rece para que Dios lo bendiga” en su papado.
Bergoglio, de 77 años, saludó con un beso a Roma en su primera aparición pública desde el balcón de la Santa Sede, ya ataviado con la casulla blanca que lo identifica como máximo jefe de la Iglesia católica.
Asimimo, dio su bendición a los presentes y rezó por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI.
Francisco I también rezó la tradicional bendición “Urbi et Orbi” rodeado por cardenales y con el rostro tranquilo saludó informalmente a los fieles, de quienes se despidió con un deseo de “buenas noches y buen reposo”.

