Desbaratan una banda que copiaba llaves en un garage de Tigre para robar casas en San Isidro
La Policía desmanteló una organización criminal que operaba desde un estacionamiento en Tigre, donde copiaban llaves y recolectaban datos de sus víctimas. Hay siete detenidos y dos prófugos.
Una banda criminal que robaba casas en San Isidro fue desbaratada tras una investigación que permitió revelar una modalidad tan sofisticada como alarmante: copiaban las llaves de sus víctimas en un estacionamiento del partido de Tigre, al que los damnificados acudían sin sospechar que dejaban más que su auto.
Según la investigación, el estacionamiento Mateo, ubicado en Pizarro al 1500, era el punto desde el cual la organización obtenía copias de llaves y datos personales para planificar robos con precisión. Así lo estableció la fiscal de Boulogne María Paula Hertrig, con colaboración de su secretaria Jésica Isetto, la UFI de San Isidro y personal de la DDI local.
Uno de los casos emblemáticos ocurrió en una vivienda de Beccar, donde Mariano T. y su esposa Ana María fueron sorprendidos por ladrones dentro de su casa. Los asaltantes ingresaron sin forzar ninguna abertura, usaron las llaves originales y los redujeron exigiendo dinero. Se llevaron dólares, pesos, joyas, instrumentos musicales y objetos personales. Las cámaras de seguridad confirmaron que la puerta fue abierta de manera normal.
El dictamen judicial, presentado ante la jueza de Garantías de San Isidro Andrea Rodríguez Mentasty, detalló que el principal imputado señalado como “propietario o al menos empleado” del garaje en Tigre. Se ordenó su detención junto a otros sospechosos acusados de integrar una asociación ilícita.
"Se trata de una organización que no solo comete delitos contra la propiedad, sino que también utiliza vehículos con patentes adulteradas, realiza tareas de inteligencia y sabe con detalle la rutina de las víctimas. Ingresan a las casas cuando los moradores están adentro, los reducen con precintos y huyen con precisión", explicó la fiscal Hertrig.
El nivel de planificación era alto. Antes de cada golpe, los delincuentes observaban cámaras, ubicaban garitas, analizaban cuántas personas vivían en la casa y conocían sus nombres, lo que aumentaba el grado de intimidación durante el robo.
Los allanamientos realizados entre el 6 y 7 de julio permitieron detener a siete personas, entre ellas un empleado de la Municipalidad de San Isidro y dos internos del Servicio Penitenciario Bonaerense. Otros dos sospechosos permanecen prófugos.
Desde el Municipio de San Isidro informaron que el trabajador detenido estaba en planta permanente desde 2013 y que cumplía tareas de vigilancia. Al conocerse su situación judicial, fue sumariado y desvinculado, y el municipio se puso a disposición de la Justicia.
"Los acusados trabajaban con datos precisos, tiempos estudiados y acceso a llaves obtenidas mientras las víctimas asistían a eventos o dejaban sus autos confiados en el garaje", concluyó una fuente judicial. La banda usaba vehículos robados con patentes cambiadas y, según se investiga, contaban con frecuencias policiales que les permitían operar con la zona liberada.