“Es bueno intentar transparentar los precios. En los últimos años los bancos son quienes en definitiva han puesto los precios de las vidrieras”, explicó Aguilar.
El empresario dijo que “un comercio era prácticamente obligado a hacer convenios con los bancos para tener promociones de esos bancos y así atraer clientes”.
Precisó que “en esos convenios, de un descuento de por ejemplo 30 por ciento que el banco decide hacer un determinado día, el comerciante debe poner del 20 al 25”.
Asimismo, aclaró que si el comerciante decide no tenerlo “queda en desventaja con las grandes marcas que sí lo pueden poner y los bancos (que ya ganan dinero con las tasas usurarias que les cobran a los usuarios de tarjetas) direccionan el consumo a los comercios que deciden tener la promoción”.
Por su lado, Calvete destacó que de acuerdo con un relevamiento de INDECOM el 84,2 por ciento de los comercios supermercadistas consultados dijo estar a favor de la medida.
Calvete consideró que “les permitirá reposicionarse en el mercado, porque podrán competir mano a mano con las grandes cadenas de supermercados y shoppings, que hoy están pseudocartelizados y tienen amplios acuerdos con las tarjetas y los bancos que no llegan a las pequeñas superficies”. También destacaron que la iniciativa aparece como “un alivio que les permitirá trazar sus propias estrategias comerciales”.
En este caso Calvete explicó que “si bien muchos comercios no pueden vender con tarjetas, porque carecen de ese medio de pago, ahora sí podrán competir ofreciendo mejores precios en efectivo”.
Además, dijo que “podrá ser una decisión de los comerciantes absorber o no el costo de financiamiento para aumentar sus ventas en casos puntuales, optando por igualar el precio financiado al de contado”.