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Un Albañil fue condenado a perpetua por la violación y asesinato de mujer y su hija en San Fernando

Un albañil fue condenado hoy a prisión perpetua por la violación y el asesinato de una mujer y su hija en 2011, en San Fernando, en un juicio en el que las pruebas clave contra el imputado fueron un ADN positivo y un par de zapatillas talle 40, que le probaron durante el debate.
La decisión fue anunciada este mediodía por los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro, presidido por el juez Gonzalo Aquino junto a sus colegas Alberto Ortolani y María Elena Márquez, a cargo del juicio.

El condenado es Rubén Darío Domínguez, quien llegó detenido al debate en los tribunales de San Isidro, ubicado en Ituzaingó 340, acusado por la violación y el doble homicidio de Antonia Teresa Medina (70) y su hija, Vanesa Gómez (32).

De esta forma, los integrantes del tribunal coincidieron con los fiscales de San Fernando, Alejandro Musso y Carolina Carballido, a cargo de la instrucción de la causa, que durante los alegatos del pasado 23 de agosto solicitaron para Domínguez la pena de perpetua.

Musso y Carballido le imputaron a Domínguez los delitos de robo, abuso sexual agravado con acceso carnal y homicidio agravado criminis causa, es decir, matar para ocultar otro delito, en este caso la violación y el robo, para lograr la impunidad.

La prueba categórica contra el albañil, de nacionalidad paraguaya, es un estudio de ADN positivo que determinó que su patrón genético coincidía con uno de los dos perfiles masculinos que fueron encontrados en muestras de semen recolectadas en el cadáver de la menor de las víctimas.

En su indagatoria frente al tribunal, Domínguez llegó a decir que habían hallado su ADN porque era el novio de Gómez y mantenía relaciones sexuales con ella, algo que, según fuentes judiciales, no fue confirmado por ningún testigo.

Incluso, la defensora oficial del imputado, Inés Mendoza, planteó en su alegato que el ADN no era categórico porque podría pertenecer al hermano gemelo de Domínguez, por lo que pidió su absolución por los homicidios y que se lo condene sólo por encubrimiento.

Pero en el juicio oral, los fiscales presentaron como prueba clave contra el albañil un par de zapatillas marca Adidas Duramo talle 8 americano (40 europeo) que fueron secuestradas en su casa.

Dos pericias realizadas por la División Criminalística de la Policía Científica bonaerense determinaron que esas zapatillas coincidían con una huella hallada sobre un montículo de cal que había en la casa donde ocurrieron los crímenes.

Por un lado, se hizo una pericia química que determinó que había restos de esa misma cal adheridos a la suela.

Pero además, los peritos analizaron la impronta de la huella levantada en la escena del crimen y determinaron que no sólo coincidía con el talle 8 de las Adidas Duramo secuestradas, sino que además el dibujo presentaba los mismos puntos de desgaste de la suela de la zapatilla, como si fuera una huella digital.

Incluso, durante el juicio oral, los fiscales Musso y Carballido pidieron autorización (el tribunal lo aceptó) para probarle al imputado el calzado y le calzaron a la perfección, según contaron las fuentes.

El hecho por el que Domínguez fue juzgado y condenado ocurrió el 27 de diciembre de 2011 en una casa situada en la calle Perón 90, de San Fernando.

Medina y su hija Gómez fueron encontradas asesinadas y atadas en distintos ambientes de la casa y los forenses determinaron que ambas habían sido violadas y golpeadas, y que la mujer mayor fue asesinada de un puntazo y su hija estrangulada.

Los fiscales de San Fernando y los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, detuvieron a Domínguez a partir del uso de un celular que el asesino se llevó de la casa.

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