La mujer, de 38 años y cuya identidad se mantiene en reserva porque fue víctima de un delito de instancia privada, declaró ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro.
El testimonio se centró en el ataque que la mujer denunció haber sufrido por parte de Otero (33) tan sólo tres meses antes del asesinato de Carlino, la chica que trabajaba en el shopping Norcenter de Vicente López y apareció estrangulada abajo de la cama del acusado, en febrero de 2011.
"Pude haber sido yo María Soledad", dijo la testigo considerada clave para la fiscal del juicio, Beatriz Molinelli, al recordar que sufrió la misma metodología del ataque a Carlino con la diferencia de que ella no llegó a ser asesinada.
La testigo -quien por pedido de la fiscal declaró sin la presencia del imputado en la sala- explicó ante los jueces Lino Mirabelli, Clarisa Moris y María Angélica Etcheverry que estuvo de novia con Otero aproximadamente tres meses.
Contó que el 19 de noviembre de 2010, el imputado llegó a su departamento del barrio porteño de Palermo para retirar sus pertenencias porque ella había dado por terminada la relación.
La mujer recordó que Otero comenzó a atacarla en el dormitorio, donde la tomó del cuello, empezó a estrangularla y luego le tapó la boca y la nariz con una mano, el mismo doble mecanismo asfíctico que los forenses describieron en la autopsia de Carlino.
La chica contó que se desmayó y cuando recuperó el conocimiento, Otero estaba encima de ella, violándola.
"Sentí que ese día me mataba, que eran mis últimos momentos", dijo la víctima para luego explicarle a los jueces que resistió el ataque y que comenzó a tranquilizar a Otero con algunas palabras, para no terminar asesinada.
Incluso, la mujer señaló que al terminar de violarla, Otero se puso muy nervioso a decirle que lo iba a denunciar, pero ella logró tranquilizarlo diciéndole que no lo iba a hacer y que le prometía que iban a tomar un café para charlar y solucionar todo, con lo que logró su objetivo de sacarlo de su casa.
Por este caso, Otero ya fue elevado a un nuevo juicio oral que deberá enfrentar en Capital Federal acusado de "abuso sexual agravado".
En la audiencia de ayer, también declaró el médico forense que practicó la autopsia de Carlino y ratificó que en su opinión, la víctima murió asfixiada mientras era abusada sexualmente.
El punto es importante para la fiscalía, ya que los abogados de Otero, Adrián Arena y Guillermo Romero, ya adelantaron en los lineamientos de su defensa que admitirán la autoría del homicidio por parte de Otero, pero que hay dudas respecto al abuso sexual que también le imputan, ya que las relaciones pudieron haber sido consentidas.
La diferencia es importante para la pena, porque si se acredita el abuso sexual, Otero podría ser condenado a prisión perpetua por un homicidio "criminis causa" (matar para ocultar otro delito, en este caso la violación), y si eso no sucede, sólo podría ser condenado por homicidio simple, como pedirá su defensa, que se castiga con prisión de 8 a 25 años.
El juicio, que se realiza en los tribunales de San Isidro, pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles a las 10.30, cuando se escucharán los alegatos de las partes.
Según la acusación, la tarde del 23 de febrero de 2011, Otero llevó "en forma engañosa" a Carlino (23) desde el Norcenter donde ella trabajaba como recepcionista, hasta su domicilio de la localidad de Sáenz Peña, partido de Tres de Febrero, donde la violó y la asesinó.
Según pudo acreditar la fiscal Molinelli -quien no sólo participa del juicio sino también realizó la instrucción de la causa-, Otero y Carlino se conocieron en el patio de comidas del Norcenter donde suelen almorzar los empleados de las empresas cercanas, como la sede de DirecTV de Munro donde trabajaba el imputado.
Soledad estudiaba Recursos Humanos y buscaba un trabajo relacionado a su carrera y, por lo que contaron algunas compañeras de trabajo de la víctima, Otero le dijo que le había conseguido una entrevista en DirecTV para un puesto justamente en el área vinculada a sus estudios.
María Soledad le contó a una amiga que debía encontrarse con Otero para preparar lo que dirían en la empresa de TV satelital, donde éste la iba a presentar como su prima.
Con estos datos, la fiscal Molinelli averiguó en la empresa DirecTV que la supuesta entrevista laboral era una farsa y ordenó allanar el domicilio del sospechoso, ubicado en la calle Pasterino 674 de Sáenz Peña.
Allí encontraron el cadáver de María Soledad debajo de la cama y al acusado llegando en su auto Volkswagen Gol con un bidón de nafta, con el que se presume iba a incinerar el cuerpo.
