“Los argentinos consumimos alrededor de 1.000 millones de litros de vino y exportamos 300 millones”, indicó Sosa.
Puntualizó que “el 75 por ciento del consumo es de vinos básicos de hasta 40 pesos, mientras el 25 por ciento que resta son botellas que superan los 100 pesos”.
En ese sentido, alertó que “el consumo popular es el que viene perdiendo terreno frente a la bebida sustituta”.
“Tenemos problemas, indudablemente”, se lamentó, y pidió “que se mantenga la inflación controlada y las distorsiones” de la economía.
Pidió realizar un estudio de la posición dominante de las empresas y alertó que la cosecha de 2016 fue la más baja en 53 años.
“No queremos subsidios, lo único que necesitamos es estabilidad. El productor perdió el manejo de sus costos”, fustigó.
Cuestionó que “hay tres bodegas que manejan todo el mercado de vinos” y analizó que “la concentración con perfiles de posición dominante también genera condiciones de precios y pagos que no son favorables para el pequeño y mediano productor de vinos”.
En diálogo con Radio Gráfica, argumentó que “al ser una economía regional de mano de obra intensiva, juega el tema de las variables macroeconómicas, costos cada vez más altos y consumo cada vez más bajo”.
