María Luján Rey, la madre de Lucas Menghini Rey, el joven que fue encontrado sin vida dos días después del accidente en una cabina de uno de los vagones siniestrados, llamaba desde la puerta de la estación a los pasajeros a que se sumen al homenaje.
"Confío en la justicia, no juzgo el trabajo del juez", dijo la mujer que llevaba una remera blanca con la foto de su hijo y pidió "una investigación seria" para "encontrar a los responsables como parte del cambio que necesitamos como sociedad".
A su vez, reclamo "justicia sin ningún otro tipo de interés" y destacó estar "profunda y eternamente agradecida a todos los que nos acompañaron desde el 22 hasta hoy, nos espera mucho por delante".
"No queremos banderías políticas, ni sociales ni gremiales; que la gente que se sume a nosotros lo haga bajo esa consigna", sostuvo la madre, al convocar a una concentración en Plaza Miserere hoy a las 20 en recuerdo de las víctimas.
Familiares de Micaela Cabrera Machicao, una joven de 29 años que murió en el accidente, también manifestaron su agradecimiento a las personas que se unían a los bocinazos y a los transeúntes que se sumaban a los aplausos.
América, la tía de la joven, agregó que "estamos acá para recordar a las víctimas, pero también para pedir justicia. Nada nos va a devolver a Micaela, nada podrá calmar este dolor, pero necesitamos que se haga justicia".
Elizabeth Altamirano, recordó a su hermana Karina, de 14 años, que murió en la tragedia.
La joven señaló que "venimos para que no se olvide. Ya pasó un mes desde que nuestras vidas están vacías. No tenemos respuestas, no hay avances, por eso no queremos que nadie olvide lo que pasó acá".
Roberto López Pacheco, de 43 años, es otra de las víctimas fatales y su hermano Pedro sostuvo que "recordar todo lo que pasó es muy doloroso para nosotros, pero venimos acá a reclamar justicia".
Otro de los sitios en el que se realizó el bocinazo fue en avenida Santa Fe y Coronel Díaz, donde el padre de Lucas, Paolo Menghini, alentó con un megáfono a los automovilistas para que se sumaran al bocinazo en recuerdo de las víctimas.
El hombre dijo sentirse "muy emocionado" por la respuesta de la gente y entre lágrimas manifestó que a su hijo "le gustaba conmover, no quedarse quieto; éste es Lucas, es cada uno de los argentinos que necesita que esto se esclarezca para que se haga justicia".
Paolo, que es editor de la TV Pública, manifestó estar "desbordado de orgullo, sintiendo una gran emoción porque es mucho más de lo que se esperaba" y agregó que "necesitamos que se esclarezca y que ninguna persona sufra lo que estamos sufriendo por esta pérdida".
El accidente ocurrió cuando un tren de la línea Sarmiento, concesionada a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), que venía de la estación Moreno no alcanzó a frenar al llegar a la estación terminal de Once e impactó a unos 20 kilómetros por hora contra los paragolpes de contención.
El golpe se sintió en los ocho vagones de la formación, que como todas las mañanas llegaba atestada de pasajeros, pero fue en los tres primeros en donde causó más daño y donde se extrajeron la mayor cantidad de cuerpos de personas fallecidas.
El juez federal Claudio Bonadío, a cargo de la investigación, ordenó ayer remover la formación del accidente y dejarla bajo custodia judicial en otro sector de la estación, ya que recibió informes de los peritos que dieron cuenta que su trabajo allí estaba concluido por lo que se aguarda un informe final.
Paralelamente, la Cámara Federal porteña convocó para el 9 de abril a una audiencia previa antes de determinar si confirma o no a Bonadío en el caso, tras ser recusado por el abogado que representa a las familiares de las víctimas, Gregorio Dalbón.
a Cámara Federal también deberá resolver un planteo de apelación al rol del Estado como querellante aceptado por el magistrado.
El único imputado hasta ahora es el maquinista Marcos Córdoba, que conducía la formación que esa mañana llevaba 1.800 pasajeros. (Télam).
