Puntualizó que "es un impuesto no deseado en la doctrina tributaria, considerado técnicamente malo por la misma", y añadió que este gravamen "atenta contra la misma bancarización del sistema en su conjunto, porque tratan de evadirlo todos los agentes económicos por su grave impacto en los costos".
Asimismo, indicó que el tributo "perjudica a todos, particularmente al sector productivo por mayores costos, baja de la rentabilidad y se traslada a los precios", pero puso de relieve que lo hace "en mucho mayor medida con las pequeñas y medianas empresas, que les agrega un costo que les quita competitividad con las grandes".