En la misma resolución se sobreseyó a otro alumno que como tenía menos de 16 años fue declarado inimputable.
Las llamadas se realizaron el 18 y 19 de junio del año pasado y fueron recibidas en el servicio de emergencias de la Policía Federal, 911.
"Hola, hay una bomba en el Colegio Nicolás Avellaneda, sacame los pibes ya. En el Nacional", decía una de las advertencias.
Efectivos de la policía constaron que en el Colegio no había explosivos y la investigación judicial determinó que los llamados anónimos se realizaron desde el teléfono celular de la madre del joven procesado y desde el móvil del otro estudiante. Los jueces Horacio Cattani y Martín Irurzun coincidieron en confirmar el procesamiento, que se dictó en primera instancia, al sostener que las llamadas alteraron el funcionamiento normal del colegio "generando la inevitable concurrencia de la policía al lugar, mientras se impartían clases".
Por su parte, el tercer juez del tribunal, Eduardo Farah, consideró que la intención del estudiante fue hacer una broma y no provocar una intimidación. Además, el camarista ponderó que todo fue una falsa alarma y que las clases no se interrumpieron ni el Colegio fue desalojado, a raíz de lo cual se pronunció por el sobreseimiento.