Daniel Funes de Rioja, presidente de COPAL, entidad que congrega a las industrias alimenticias, se refirió al mensaje enviado por el Presidente e indicó que le pareció “importante”, si se toma en cuenta “el punto de vista de la complejidad de la semana pasada”.
“No cabe la menor duda de que estamos frente a un momento delicado en el que hacía falta un mensaje contundente del Presidente”, evaluó en declaraciones al canal TN.
Sin embargo, criticó: “La necesidad fiscal la entendemos, pero queremos que el Gobierno también entienda y poco a poco lleguemos a una competitividad que permita exportar”.
A su turno, el ex presidente de CAME Osvaldo Cornide consideró que el jefe de Estado “ha vuelto a referirse a la peor crisis argentina”, pero “lo peor no pasó: se nos viene encima”.
“Se plantean las cosas al revés, primero cerrar las cuentas y luego crecer. Lo correcto sería, primero el desarrollo y después o simultáneamente la racionalización”, sostuvo Cornide.
“Hay que estimular las fuerzas productivas primero y endeudarse para crecer y no especular. Así lo hizo (Arturo) Frondizi”, agregó el empresario, recordando al ex presidente desarrollista.
Por su parte, el vocal de la UIA José Urtubey evaluó: “Lo que hay que hacer es buscar cómo vamos a pagar la cuenta de la forma más eficiente posible”.
“Que el ajuste lo termine pagando la producción, que son quienes deberían encender los motores del desarrollo para pagar las cuentas, es contraproducente”, apuntó en diálogo con Radio Mitre.
En tanto, Industriales Pymes Argentinos (IPA) consideró que el Gobierno “debe tomar de manera urgente una medida que pesifique la energía y un congelamiento de los precios por seis meses”.
Así lo manifestó el presidente de la entidad, Daniel Rosato, en un comunicado.
Resaltó que “el mercado no resistiría operar sin financiamiento”, al tiempo que pidió “acordar con las proveedoras de energía para decirles que el precio está sobrevaluado en la Argentina para la industria”.
Rosato alertó a Dujovne que “el costo variable de la electricidad y el gas impacta directamente en la góndola de los supermercados”.
Aclaró que las Pymes no tienen “ninguna posibilidad de un acuerdo de precios lo que provocará un gran desabastecimiento” y añadió que “no podemos vender a un precio en pesos y al otro día por el aumento del dólar tener que vender a otro”.