David Gilmour coronó una desordenada noche ante más de 60 mil personas en el Hipódromo de San Isidro
En un noche agitada en el Hipódromo de San Isidro, el cantante y guitarrista, David Gilmour, quien fuera uno de los líderes de la mítica banda Pink Floyd, se lució con éxitos y estrenos.
David Gilmour salió al escenario pasadas las 21.30, con un atraso de más de media hora y con gran cantidad de personas todavía en los accesos al Hipódromo.
La lista comenzó con “5 A.M.”, en un escenario enorme, y donde una gran banda, con coristas, acompañó al guitarrista vestido con una remera negra, y un pantalón del mismo color.
El artista continuó con “Rattle that lock” y “Faces of stone”, siguiendo el orden y los temas de su último disco.
El concierto siguió con la canción número cuatro en la lista, que ya formaba parte de los éxitos de su ex banda, “Wish you were here”.
El cantante demostró una voz impecable, y su destacada habilidad con la guitarra para seguir con “A boat líes waiting” de su último trabajo y “The blue”.
A partir de ese momento Gilmour cerró el comienzo de su espectáculo, que se dividió en dos partes, y luego los bises, con “Money”, “Us que them” y “High hopes” de Pink Floyd y “In any tongue” de su cuarto disco en solitario.
“Muchas gracias, nos tomaremos un descanso de cinco minutos”, expresó Gilmour y dio lugar al descanso.
Luego, de unos minutos las luces volvieron a apagarse y el guitarrista volvió a escena, para completar la segunda y última parte de su show con canciones del conjunto que compartía con Roger Waters.
El público ya estaba más tranquilo en esos momentos, ya que muchas personas que tenían una ubicación en las primeras filas se quejaron de las personas paradas y que obstruían los pasillos.
Los que pudieron se levantaron las sillas y se acercaron al escenario para escuchar clásicos de la banda británica.
Así, sonaron “Astronomy domine”, “Shine on tour crazy diamond”, “Fat los sun” y “Coming back to life” para sonrisas, nostalgia y alientos como “Grande Gilmour” al recordar esta época de la banda.
El espectáculo llegó a la mitad con la gente totalmente calmada, y viéndolo desde cualquier lugar en que pudiera descifrar a los músicos en el escenario.
Gilmour dio paso al segundo descanso con “The girl in the yellow dress”, “Today”, para irse tras bastidores con “Sorrow” y “Run like hell”.
El descanso se llenó de incertidumbre, pero los gritos de los fanáticos volvieron a invadir el Hipódromo con la vuelta del músico.
El compositor volvió unos pocos minutos después como en el primer descanso, y finalizó con tres clásicos de la banda inglesa que lo consagró, “Time”, “ Breathe (reprise)” y La regularmente reversionada “Confortable Numb”.
A pesar de los desmanes, el show tomó forma y la gente mal que mal, en un lugar o en otro, parados o sentados, disfrutó de la primera vez de su ídolo y las versiones en vivo de sus éxitos.