Según trascendió, la chica se habría bajado de un auto color gris que la dejó en cercanías de su casa y luego el vehículo se alejó rápidamente del lugar.
Su padre, que se preparaba para ir a una marcha para reclamar por la aparición de su hija, en esos momentos salía de su casa cuando la vio venir a su hija, en medio de su sorpresa.
La chica había sido vista por última vez el pasado miércoles 12 de agosto, cuando tras asistir al colegio Nuestra Señora de Fátima, de Tortuguitas, se dirigió a la estación de trenes Manuel Alberti, como hacía todos los días, y fue captada por las cámaras de seguridad del lugar.
A partir de entonces, la familia no tuvo más datos sobre su paradero y comenzó una angustiosa búsqueda de la menor.
La adolescente había dejado en su casa antes de partir una carta donde decía: “Me voy por un tiempo, no me busquen porque no me van a encontrar”.
Al respecto, Isabel Ponce, madre de Ludmila, había expresado sus sospechas sobre la veracidad de la carta, al señalar que su hija no sería quien la escribió.
Según la mujer, Ludmila fue “inducida” a escribir la carta y también aseguró que el texto no coincidía con las palabras que su hija utiliza.
“En la nota no explica motivos. Ella hubiese puesto algo más
claro, más corto, parecido al vocabulario de ella”, argumentó.
Durante la desaparición de la joven, se manejaron distintas hipótesis, entre ellas la de que se habría fugado con un hombre mayor de edad.
Natalia, hermana de Ludmila, sospechaba sobre la posibilidad de que se haya fugado con un hombre de nombre Rodolfo, según una versión que había surgido de amigas de la joven.