Para el ciego Gabriel Escobar Morales, la experiencia de percibir sonidos del viento, pájaros, olores y sentir el frío del altiplano fue "una experiencia única".
En tanto, el guía del grupo, Kristian Rodríguez, explicó que por primera vez se utilizó una vara para guiar a las personas invidentes.
"Los extremos de la vara son responsabilidad de los guías que deben relatar los detalles sobre el ambiente a las personas ciegas que van en medio", detalló.
En total, el grupo estaba integrado por 39 personas y pasó la noche en lo más alto del coloso, de 2.700 metros sobre el nivel del mar y donde hay una laguna, para iniciar el descenso al mediodía del domingo.