Allí precisó que "esta decisión en los años en que ha estado en vigencia, trajo como consecuencia para el comercio en general y para el de los centros turísticos en particular, una serie de inconvenientes".
Entre ellos, FEBA destacó que "el sector gastronómico a la noche prácticamente perdió un turno, disminuyendo sensiblemente su actividad", y señaló que "los comercios vieron disminuir la afluencia a los mismos, ya que al oscurecer después de las 21, la gente prorrogaba la actividad recreativa".
Asimismo, afirmó que "el consumo de energía no disminuyó sensiblemente, no compensando el serio perjuicio producido por la baja de la actividad comercial".
"Hubo similar consumo energético, con menor venta y actividad comercial", concluyó la entidad bonaerense, al tiempo que indicó que "las diferencias horarias con las provincias que no adhirieron al cambio propuesto por el gobierno nacional, dificultaron en gran escala el intercambio comercial con las mismas, particularmente de las ciudades limítrofes".