La información, que reproduce la agencia italiana ANSA, indicó que como parte del plan se les pedirá a los extranjeros contribuir para un fondo económico destinado a reducir el impacto de la inmigración masiva en los servicios públicos locales.
Los ministros quieren que los recién llegados puedan demostrar entender y comunicarse en inglés y saber las tradiciones y cultura locales, en lugar de aislarse en sus propias comunidades.
Estos requisitos serán pedidos antes de que puedan solicitar su nacionalidad y el pasaporte británico.
Entre las propuestas más controvertidas, que serán anunciadas la semana próxima en la nueva Ley de Inmigración, estará obligar a los recién llegados a colaborar con el "impuesto al inmigrante", para pagar por las escuelas y hospitales que usen.
La medida se tomó luego de que varios parlamentarios británicos se quejaron ante el gobierno de que los servicios públicos locales estaban sufriendo mucha presión, debido a la llegada de gran cantidad de inmigrantes.