01.04.2006 - 12:30 | Espectáculos

Olga Román: delicadeza y dulzura para los oídos

Más conocida por ser la corista de Joaquín Sabina desde hace trece años, presentó anoche en el teatro porteño ND Ateneo, y por primera vez, su segundo disco Olga Román 2 y parte de su primer trabajo. El concierto, de formato intimista, abarco ritmos latinoamericanos, de jazz y blues.

Olga Román: delicadeza y dulzura para los oídos

Para lo seguidores de Joaquín Sabina, la voz dulce y angelical de Olga Román es más que conocida y además, la cantautora española se dio el gusto de presentar en dos funciones, sin butacas vacías, en el teatro porteño ND Ateneo, y por primera vez en Buenos Aires su segundo disco Olga Román 2, que contiene ritmos latinoamericanos, de jazz y blues.

El concierto, de formato intimista y por momentos rozando una jazz sesión, se inició con “La cuestión” de su segundo trabajo, donde reza con optimismo que hay que seguir andando, de querer y poder, de saber levantarse y sobre todo ponerse de pie. Luego seguiría con “Apareces”, que cuenta con la participación en el disco del músico uruguayo Jorge Drexler.

A continuación llegaría el “Brindis”, una canción que versa sobre las cosas cotidianas de la vida, aquellas que “nos suceden a diario”: por el secreto, por la mañanas, por el mar, por lo que quiero.

La historia musical de Olga Román se remonta a la década del 80 donde acompaño de gira y grabó dos discos (“Entre amigos y “Cuerpo a cuerpo”) con el cantautor español Luis Eduardo Aute, luego decidió partir a los Estados Unidos donde estudió música en el Berklee of Music, de la ciudad de Boston. Allí permaneció ocho años creando el Olga Román quartet con influencias jazzisticas y de blues.

La presentación continuó con “Dime por qué” para desembarcar en “Un día particular”, describiendo Olga la canción para “aquellos días de fiaca”. La voz femenina de Joaquín Sabina, como relata los afiches del hall del teatro, dijo que era un sueño bellísimo tocar en Buenos Aires, “algo que tenia muchas ganas de hacer”.

"Los agradecimientos son una la lista era interminable", reconoció, pero destacó que “este concierto” y la presencia de “todos ustedes hace menos triste la ocasión y a que Sabina promocionara los recitales en el Gran Rex”.

Luego seguiría “Como si nada”, una letra que habla sobre “esas pavaditas que molestan, pero como así vienen se van”, describió. “Eso y todo lo contrario”, “Era el mar” y “Voy sin reloj” prosiguieron, todas canciones pertenecientes a Olga Román 2.

En enero de 1993 regresa a España, y desde entonces trabaja con Sabina en sus discos y giras, en donde comenzó a hacerse conocida masivamente por su interpretación de “Y sin embargo”. Para 2001 edita su primer disco en solitario “Vueltas y Vueltas” con la colaboración de Pedro Guerra y Andrés Molina.

Momento de recorrer su primer trabajo con “No sé, No sé” y aquel que le da nombre al primer disco. A continuación, la balada “Ahora ya ves” de Olga Román 2 aplaudida con gran entusiasmo por el público.

Acompañaron a Olga Román, Javier Lozano (teclados), Sergio Pérez (guitarra eléctrica y acústica), Jota Morelli (batería) y Guillermo Vadalá (bajo) todos parte de la banda estable de Fito Páez.

Tras un breve receso, llegaron lo halagos con dos ramos de flores alcanzados por unos espectadores mostrando el cariño que la gente, sobre todo los seguidores de Sabina que estaban presentes en su mayoría en el auditorio, le tiene.

Confesa admiradora del folclore argentino, interpretó “Canción del jangadero” que pertenece a Ramón Ayala y que es parte del repertorio de Mercedes Sosa. A continuación, prosiguió con la bosanova “Otro tiempo llegó” acompañada por piano y guitarra acústica.

Antes de iniciar la próxima canción, “Me asomo”, explicó: “pensé que había creado una chamemé pero luego uno de los integrantes del grupo me dijo que era una charcarera” y aclaró que la iba interpretar a su modo.

Pero el publico le comenzó a pedir, a rogar desesperadamente “Y sin embargo”, Olga concedió el pedido y acámpela y acompañada por la gente la cantaron a una sola voz, despertando la segunda gran ovación de la noche que siguió hasta el cierre del concierto con “No da igual”, donde luego todo la sala la aplaudió de pie.

Olga Román pasó con creces su primera vez en solitario en un escenario porteño, sintiendo en grandes toneladas el cariño del público argentino, que ya conocía en menor medida de sus presentaciones con Sabina.

Ya el músico andaluz, la describe desde la pagina web de la cantautora (www.olgaroman.com) en versos “como pomelo con caderas del dulce desconsuelo”, donde “sus coros rompen techos y fusibles” y que sin dudarlo “yo estaré aplaudiendo de rodillas”, como lo hicieron todo aquellos que se acercaron al teatro y disfrutaron de su voz que colmó de dulzura y miel nuestros oídos.

Luis Viviant
luisv@elcomercioonline.com.ar